INDIO GRIS
Revista semanal por Internet
Nº 65. AÑO 2001 JUEVES 23 de Agosto

FUSIONA - DIRIGE - ESCRIBE Y CORRESPONDE: MENASSA 2001

NO SABEMOS HABLAR PERO LO HACEMOS EN VARIOS IDIOMAS
CASTELLANO, FRANCÉS, INGLÉS, ALEMÁN
ÁRABE, PORTUGUÉS, ITALIANO Y CATALÁN

INDIO GRIS ES PRODUCTO
DE UNA FUSIÓN
EL BRILLO DE LO GRIS
Y
EL INDIO DEL JARAMA
LA FUSIÓN CON MÁS FUTURO DEL SIGLO
XXI

Indio Gris


INDIO GRIS Nº 65

AÑO II

EDITORIAL

    Hoy, por fin, después de 40 años intentándolo, siento estar viviendo en la casa del poeta: 

    Un ordenador portátil, como corresponde a los tiempos que corren, y una librería mirándome todo el tiempo, incitándome a leer, a confundirme con otros hombres, a dejarme llevar por otros versos, como siempre correspondió.

    Dejo de hacer el indio para ser el indio, aunque gris, y me declaro vencedor.

Deshojados rumores del tiempo
se abanican sobre mi cuerpo
ya dejado de lado.

Son instantes que huelen a podrido,
a carne agusanada.

Dejo volar mis manos 
y el comienzo del siglo se conmueve
por la pureza de mis gestos.

El Apocalipsis esperado era esta página.

En medio de la guerra,
de la guerra atómica
en medio de otras guerras
las guerras sucias,
las guerras evitables.

En medio de la droga
la pólvora
la mutilación
la muerte no asistida
el cáncer invasor
el sida silencioso

ha nacido el poeta.

Aquí me tenéis, soy el ejemplo posible.
En medio exacto de la locura universal,
vivo, no padezco de nada y cuando canto
es una carne ajena la que canta en mi voz.

Soy los arrebatos, inquietantes, de la lengua,
una serpiente aligerada de su propio veneno
sólo los movimientos de reptación al infinito,
luces perdidas, negros senderos del silencio.

Soy un humano, terrestre, lleno de algarabía, 
el poema que se bebe el futuro para contarlo.
Voz sin ecos, equilibrada voz sin ecos, voz.

Los hombres esperaban suave caricia en vuelo
que dejará en el inocente terráqueo sin medida,
sonora resonancia abierta, huellas de libertad.

Cruz González recita a Menassa

ESTA VEZ TAMBIÉN HICIMOS EL AMOR EN BUENOS AIRES

Esta vez, también hicimos el amor en Buenos Aires.
Con sencillez clásica la besé en la boca con ternura.
Dejé caer mis manos en la calle abierta de sus nalgas
y ella tembló, dispuesta al goce claro, diáfano de amor.

A la calle, a la calle, gritaba ella cuando nos besábamos.
A la calle, a la calle, le respondía yo, tratando de arrancar,
de sus tetas enamoradas, sonidos de magnolias antiguas,
abriéndose, salvajes, de un día para otro, al universo.

A la calle, a la calle, se dejaba filtrar por la ventana
y eran miles y miles, haciendo con nosotros el amor
y su cara era la rosa de los vientos, el aljibe del tiempo.

Basado en mi costumbre de interrumpir el goce, para multiplicarlo,
detuve todo el cuerpo en mi sonrisa iluminada y en plena calle,
entregados totalmente, sumisos, a la Patria, hicimos el amor.

QUERIDA:

Entregado a un destino que me depara lo mejor, lo más grande, te escribo, para que no pienses que riquezas y famas me han separado de ti, oh, diosa de los encantamientos más puros; espejismo todo real.

Te llamo querida, porque así han de saber que te amo. Y nadie andará diciendo por ahí, que nuestra relación fue vana o que nuestros besos no eran lo más puro del amor. Y si hundo mis manos en tu vientre es para definir la situación con mayor claridad. El hombre vuelve a la tierra y en la tierra se consumen miles de historias que no han sido publicadas. Por eso te escribo, para que la serpiente de la duda anide para siempre en nuestros corazones. Un poema para que nuestros cuerpos sean inmortales en ese silencio del amor, o un gran amor, tal, que alguna vez inmortalice algún poema.

Oh, querida, querida, cuántas veces me desmoroné en tus labios. A veces, llevado simplemente por las horas del día, caía sobre vos, amada, desde grandes alturas, siempre en el medio preciso de una frase. Sin saber lo que quería decir, todavía, pero intuyendo de sesgo, algún final.

Siempre me faltaban palabras, siempre había algo indecible entre nosotros. No era el sexo, sino la historia sangrante y cruel que lo hace cantar. No eran de carne nuestras historias, aunque se grabaran sobre nuestro cuerpo.

Cuando amanecía, tus brazos se quebraban sobre la lluvia y un llanto infinito nos acogía para morir. Cuando amanecía, la luz hacía trizas nuestra soledad.

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He sabido por tu madre, que te gustaría que antes de fin de año rocemos las aristas del espanto.

Quiero decirte que la familia es un hecho concreto tal, que sin familia, es como una ciudad sin agua. Es imposible vivir sin ella, o se la lleva afuera o se la lleva adentro; quiero decir: ahora, para evitar términos tan sugerentes entre nosotros como adentro y afuera, que la familia está presente en nosotros como forma de modelo ideológico social o bien está consolidada como modelo ideológico inconsciente.

Seré, "Te lo prometo" antes del acontecimiento, entre nosotros, del verbo enamorado, el arrebato perfecto de una mirada. Tu madre enamorada, encandilada por tu belleza, enajenada de poder transformarte según su algarabía, en su falta, su hombre, su deseo o, peor todavía, su envidia, su desprecio, su lejanía.

Antes de fin de año, mi pequeña, quiero hacerle saber, que ya no volveremos a estar los dos a solas. El tiempo, para entonces, habrá partido nuestra razón de ser. Un pozo de silencio, el tiempo, entre nosotros, mi deseo, arrancándola brutalmente de mis brazos, empobrecidos ahora, por su ausencia. Aleja su mirada de mi mirada, empobrecida por ahora por su lejanía y estrella tu mirada, querida, contra lo que no habrá en tu aurora, ni aún después de los grandes acontecimientos. Contra lo que no podrá ser tu forma, ni aún después, de las más bellas poesías.

Mutilado porque mi cuerpo es otro que tu cuerpo, desprestigiado, incluso, para tu mirada detenida por el horror de mi ser, impotente de ser mi cuerpo y mi palabra, mi forma y mi sentido. Tu mirada helada, en un rincón del alma, para siempre.

Por el horror de mi ser, impotente de ser, exactamente, tu imagen deshilachada en el espejo negro de la muerte. En el espejo muerto del negro silencio. En el silencio muerto y negro en el espejo. En el silencioso espejismo negro de la muerte, donde tus caderas comienzan a bailar a ritmo de macumba.

Negra de magia, abierta, silenciosa, al sonido espectral de los tambores, delicada y altiva, como una rosa entreabierta puesta en su lugar. Insolente, enamorada de ti misma y, todavía, antes de desear, te abrazas a la muerte para no morir nunca ¡CONDENADA! Tu silencio es negro. Tu silencio es la señal que te quedó en el cuerpo de aquel abrazo con la muerte, para no morir nunca, para nunca desear, para nunca ser otra que tu voz.

Y no queriendo llegar muy lejos o, por el contrario, quiero decirte, que ponerte a llorar, enfermarte gravemente o enamorarte de algún desconocido, no te servirá de mucho, a menos que puedas entender que tus resistencias, cuando lo nuestro se trata, simplemente, de una conversación, siempre son exageradas.

Recuerdo que la primera vez que me animé a decirte, rodeado de precauciones, que era bonito conversar contigo, te pusiste a llorar al estilo de las lloronas sicilianas, interrumpiste el encuentro antes de tiempo e intentando pegarme con la cartera en la cabeza (golpe que esquivé con un paso atrás y un directo a la mandíbula) me dijiste con rabia: 

- Usted es un desgraciado.

Al otro día volviste encandilada por la posibilidad de poder sentir y expresar esos sentimientos.

Mientras te desnudabas, pedías perdón por lo del día anterior y tus manos al borde del silencio me dijiste: 

- Usted es un hijo de puta. No sé por qué se lo digo, pero me hace bien que sufra, sépalo. Soy la peor de todas, tengo sarna. Voy por la vida enarbolando mi fracaso, su fracaso, doctor, ¿se da cuenta? Conmigo no puede nadie. Yo soy la flema ardiente del deseo y no sigo adelante porque tengo miedo que usted me aumente los honorarios.

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(Viene del número anterior)

Segunda Parte

Yo, agotado, me pongo boca abajo y ella siente haber conseguido que yo me diera vuelta, sin apenas descansar me abre las piernas todo lo que puede y se sienta entre mis piernas y comienza a jugar con sus dos manos con mis dos nalgas y se siente feliz y recita, en voz alta, mientras sigue jugando con mis nalgas, poemas en varios idiomas, como si fueran varias mujeres que están jugando con mis nalgas, a punto de transformarse en culo pero yo, en verdad, siento que no puedo más y ahí, precisamente, ella me pregunta:

- ¿Te gustan los poemas?

Yo, antes de contestar, ya había sentido que la vida volvía a mi cuerpo y, entonces, le dije:

- Tú me gustas, nena. Esa lengua que tienes nena, esas tetitas primorosas y ese culo. Qué culo que tienes nena, me vuelves loco.

Ella, haciendo presión con sus manos en mis nalgas, ya entreabiertas, me dijo:

- Tú también tienes un culito precioso.

Y yo sentí un estremecimiento inolvidable. Y ella empezó a hablar con mi culo y mientras hablaba me pasaba la lengua de una manera fabulosa y yo comencé a pensar que perdería la virginidad. Y ella le decía:

- ¡Ay! culito lo que te voy a hacer.

Y dale con la lengua una y otra vez y a mí el culo se me abría como una amapola y ella metía la lengua y sacaba la lengua y la volvía a meter y yo me sentía en la gloria y ella, mientras me chupaba, intentaba penetrarme con sus dedos y yo decía:

- No, no, no -en voz muy bajita y ella, por fin, me penetraba y yo sentía un gran alivio y ella lloraba, desesperadamente, de la emoción.

(continuará en el próximo número)

¿Usted qué opina?

Pornografía   o  Erotismo

Hasta el día de hoy han votado:

Pornografía: 2000         Erotismo: 6200

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ALGO DE POLÍTICA O RECOLECCIÓN DE BASURA

1

Até mis versos a sórdidas cloacas,
para que nadie escuchara sus sonidos
y fui a la escuela.

Me puse derecho y mientras hablaba con la maestra, le retorcía el pescuezo a cualquier palabra, pensando que así me haría grande.

Y un hombre grande necesita algo que se parezca a sí mismo. Un gesto, una mujer, una escritura.

Otros harán lo nuevo, quiero decir, alguien tendrá que ocuparse de hacer lo viejo. A eso quiero dedicarme.

2

Hubo una época donde se podía hablar de fuerzas interiores. Ahora toda la fuerza es la del dinero, es decir, toda energía es exterior al sujeto.

3

Ella viene, cada día que pasa, cada vez, más moderna. Hoy cuando la fui a besar me apartó, cariñosamente, y  me dijo: El beso del otro día fue maravilloso, no lo estropeemos.

4

Hoy no he escrito ni una sola palabra.

Un día muerto, me digo, un trozo de mortadela tirado a los perros.

5

Después de cada verano, cuando ella retorna de visitar a sus padres, vuelve a creer que las personas se pueden tener o dejar.

Si todavía no está loca, algún verano lo conseguirá.

6

Él me lo dijo con sinceridad: "No quiero ser mortal, quiero ser libre" y yo, con un dejo de nostalgia, por mi propia juventud, le aconsejé que se psicoanalizara cuatro veces por semana.

Querido Maestro:

Lugar ineludible para comenzar a hacer interrogantes sobre cualquier cuestión.

Me parece inigualable el trabajo de interpretación que se despliega en las sesiones psicoanalíticas del Indio Gris.

"Llueve" es un verbo impersonal, gramaticalmente hablando, porque si decimos desde el psicoanálisis ese enunciado tiene un sujeto de la enunciación, por eso me pareció magistral el psicoanalista de la última sesión.

La sección de Psicoanálisis es una mostración del trabajo psicoanalítico, espero que sirva para producir escucha psicoanalítica en el lector. 

Hay un doble debate en el campo analítico, uno referido a la formación, ¿terminable o interminable?, que abre dos vertientes, dos maneras de concebir el saber. Los que lo conciben como una acumulación de conocimientos, y conlleva un quién sabe, y los que conciben el saber soportado por significantes, es decir el saber como goce finito, donde el pacto analítico, una articulación significante, al fin y al cabo, produce más saber que cualquier conocimiento de alguno de los intervinientes.

Un alto ejecutivo, sin su lugar en la empresa, no es un alto ejecutivo, su inteligencia es otra, cuando ejerce que cuando se jubila. Y no es por viejo que ha dejado de ser inteligente sino porque ha dejado de estar amarrado a los significantes que le permitían ejercer el saber.

El saber se ejerce, como el poder, sólo se tiene a condición de no utilizarlo.

El saber está soportado por significantes, cuando fomento que yo sé, transformo el saber en conocimiento, es como cuando el psicoanalista cree tener el poder que en realidad es de la transferencia.

Otro debate que se ha planteado es acerca del cuerpo del psicoanalista, si su presencia real es estar presente o si su presencia real está hecha de presencia simbólica, es decir una presencia significante.

Ya plantear la cuestión como la plantean hace que deje de ser una cuestión psicoanalítica, porque la plantean desde la posición del analizante, y desde esa posición el analizante hace al psicoanalista, sus impasses deberán pasar por la rectificación de su manera de pensar el significante  psicoanalista-psicoanalizante.

Equivocar cuerpo presente con presencia del analista es no diferenciar la cosa de la palabra que la nombra, no simbolizar presencia y ausencia, en tanto la ausencia es una de las formas más fuertes de la presencia, y todavía no diferenciar ausencia de falta, donde no es que lo que funciona o no funciona dependa de si hubo o no, lo que tuviera que haber, sino que hay algo que nunca hubo, que hay algo que nunca ocurrió y eso fue el comienzo.

Gracias por esta entrada que una mano escribiente indica, por ahí entro, por la portada de Indio Gris.

Gracias por la escucha.

Te quiero

        Amelia


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