INDIO GRIS
Revista semanal por Internet
Nº 58. AÑO 2001 JUEVES 5 DE JULIO

FUSIONA - DIRIGE - ESCRIBE Y CORRESPONDE: MENASSA 2001

NO SABEMOS HABLAR PERO LO HACEMOS EN VARIOS IDIOMAS
CASTELLANO, FRANCÉS, INGLÉS, ALEMÁN
ÁRABE, PORTUGUÉS, ITALIANO Y CATALÁN

INDIO GRIS ES PRODUCTO
DE UNA FUSIÓN
EL BRILLO DE LO GRIS
Y
EL INDIO DEL JARAMA
LA FUSIÓN CON MÁS FUTURO DEL SIGLO
XXI

Indio Gris


INDIO GRIS Nº 58

AÑO II

EDITORIAL

Hoy he llegado al límite de mis fuerzas, miércoles 10 de la mañana y recién comienzo a escribir el Indio 58. Estoy tan enfermo que hoy tendría que poder escribir el indio negro. Hubo una vez donde el dolor del mundo se posó en mi mirada. En ese momento no dije nada pero después estuve varias décadas cantando al dolor, y si no me creéis escuchad esto:

Fui lo reconozco, el rey de la locura,
el que mejor podía vivir entre fantasmas,
el que vivía solo.

Fui el tiempo de la voz,
la flor de los acíbares.
Ronca, desesperada, sorda voz,
inolvidable mutación primera.

Fui
un grito
en medio de todos los silencios.
El estallido del payaso,
cayendo entre las fieras.

Sé que las realizaciones no bastan. Sé que hice todos los deberes mal.
Quiero volver desesperado a los lugares donde empezó el error.
Sé que no podré y sin embargo las idas y vueltas hacia el pasado
son mi regocijo y mi calma.

Nos matarán, sé que nos matarán y, sin embargo,
miro dulcemente hacia los días donde ya no estaré
y escribo para aquel hombre que sin saber quien habla,
escuchará mi voz.

menassa recita

Tango, querida, tango

Movimiento único y desparejo,
como si fuéramos mil haciendo el amor,
cada vez que se cruzaban tus piernas con las mías.

Éramos viento y nube y todo pasaba,
entre mi mano y tu cintura.

Crepúsculo donde mi taconeo
y la violencia de tus tetas,
otros ruidos,
otros pedazos de carne macilenta,
ponían en la noche de la ciudad,
un sonoro ritmo entre la selva.

Avena y luz para esta yegua entre mis brazos,
jinete, inesperado, de la noche, tango.

Amanece. Siento mi ser sobre tu ser.
Aspiro profundamente tu semen amado,
porque tu semen, también, es una lágrima
y borracha y loca entre tus brazos giro
y en el girar,
tus ojos me detienen y sos mi macho.

Ella me lo dice con toda la boca abierta:

si querés,
me mato una tarde cualquiera por vos,
envilecida y fantástica,
hembra y sol,
como si la vida fuera eso,
compás final.

Querida:

No habiendo encontrado, después de intensa búsqueda, el tiempo donde fuera posible decirte algunas palabras fundamentales para que puedas alcanzar en más oportunidades un estado creativo gozoso, he decidido, ya lo ves, que ese tiempo sea el tiempo de la escritura.

El encuadre, estas páginas blancas, donde te iré diciendo del Otro tu mensaje, de otros, para otros, hundiéndose en la niebla acústica que producen las palabras y sus esotéricas combinaciones.

En el decir de Freud, haremos el amor seis veces por semana, en principio, porque después, vendrán los largos seminarios donde estaremos todo el día juntos y los grandes congresos internacionales donde nos reuniremos con el mar. ¿Te das cuenta? Tú, yo y el mar: como si el mundo fuera esa belleza. Y volveríamos a nuestra ciudad, a nuestros hogares y, cada vez, seríamos más jóvenes y aún más hermosos y terminaríamos sepultados vivos y ahí lo siniestro, por un millón de palabras en varios idiomas y sus combinaciones perfectamente engarzadas al azar.

Sé, me has dicho, que tus intenciones son alcanzar del corazón su centro. Urdir en el propio corazón del hombre una maniobra que, aunque en ella se rompa el corazón, atestigüe tu presencia en el mundo.

Hablar tiene el encanto de no hacer y ahí tu maldición. Porque no hacer no se consigue con el cuerpo, sino con las palabras.

Tendidos sin mirarnos, porque los ojos son los que ponen colores a la muerte. Sin ojos, no hay posibilidad de engaño: la muerte siempre es negra.

Tu cuerpo muerto, tendido y vacío, sólo forma y belleza, tratando de alcanzar sin conseguirlo, ese otro cuerpo, también muerto, mi cuerpo, a tu lado, pleno, condenado por tu carencia a poseer lo que te falta.

Inalcanzable cuerpo muerto, por ser tu propia voz su canto.
Voz de tu voz, palabra de tu palabra,
enredadera atada sin piedad sobre ti.
 

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TODO EL AÑO

16 de abril de 1977

La historia de hoy empieza que estoy en el Vips, esperando tranquilamente que alguna novedad altere mi ser.

Ella, como un viento rojo sobre la mañana,  pone sus cabellos entre mis dientes y ama de mí, mi espera silenciosa.

Nuestro tiempo siempre transcurre fuera de nuestro tiempo. Ella, esta mañana, tiene la garganta enrojecida de tanto clamar venganza. De tanto gritar amor o muerte; amor o muerte. Y cae, por así decirlo, entre mis brazos, pide un té caliente y se desploma para decir que una semana de espera es mucho tiempo para nuestra locura.

Terminé de tomar tranquilamente mi café y escupí su rostro y le grité que era una verdadera estúpida.

Calló, lloró de rabia y entre los aplausos de los camareros me chupó la pija.

- Buenos días, le dije, con una mirada extraviada, ella se sentó a mi lado y me confesó no poder más. 

- Tengo miedo y frío y nadie me quiere. Vengo, señor, por una limosna. Sólo ambiciono un poco de vida. Nunca fui feliz, siempre tuve que aparentar, viví siempre con gente y viví siempre sola. Amé desesperadamente a un hombre toda mi vida y nunca amé a nadie. Vengo doctor, porque no puedo más. ¿No ve que tengo los dientes apretados? Toque mis pechos. ¿No ve que tengo mis pechos como dos palomas a punto de volar? Apriete mis pezones sin asco, doctor. Escuche cómo ululan las lobas marinas. Huela los olores que mi sexo despide para usted. Ame mi vientre, deme un hijo suyo. Ponga entre mis tripas silenciosas, un destino.

- Así que tiene anginas, anginas rojas, me imagino, esas anginas que cuando uno es niño se curan en los brazos de mamá y que de grande no se curan con nada. Son una manera de vivir. Un desvío inalterable del deseo humano.

- Lo entiendo doctor, palabras que callo, deseos que inhibo entre los estertores de mi tos.

Pagué mi café y sentí que hoy, había ganado la mañana.

 

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El niño ya poeta huye del hogar.
Y pequeño y feo como era, no fui tan lejos.

Todo era noche y soledad lejos de sus brazos amables.

Ella y mis hermanas,
                             locas,
                                     locas,
                                             amantes de la libertad.
Recuerdo tu cuello en los labios de aquel desconocido.
Y me porté como un varón, no dije nada a nadie,
fui tranquilamente al baño y me hice una puñeta.
Colosal,
          arbitraria,
                       una puñeta mágica.
sin revistas, sin fotos, sin mi cuerpo,
sólo tu rostro y a instantes,
como una bocanada de viento huracanado contra mi cuerpo
tu cuello en sus labios.
La alegría ese día fue para todos
y para todos hubo magnífica libertad.
                         A papá lo engañamos.
Y ese día, nos sentamos a comer tranquilamente.
Comíamos en la cocina y en la cocina,
hacíamos nuestra vida,
y también las porquerías de la tarde,
y largas conversaciones nocturnas,
y se encendían un cigarrillo o dos, y en la cocina,
nos masturbábamos todos juntos, porque en verdad,
éramos una familia de pajeros.
                                            Y una tarde en la cocina,
mi padre habló de más, le pegó a mis hermanas,
y yo esa tarde juré matarlo
y lo maté.

Abro la alcantarilla de mi corazón,
para volcar los últimos desperdicios.
Que nada quede en pie, que nada quede en pie,
que todo vuele por los aires,
que no se deje de manchar ningún nombre,
                                                              que todo arda.
Enanos, mis enanos,
                             el hombre puede más.

Cuando recuerdo aquella infancia desolada,
me reviento con tangos.
                                  Y a quién le importa,
si bostezo o hago el amor con las paredes.

En mis manos,
pequeños trozos de piedra en el cordón de la vereda.
Vi pasar el agua podrida entre mis pies descalzos.
Y fui feliz. Y recorría el agua con mis dedos,
y entre las olas,
capitán en medio de las borrascas,
barco enclavado en el medio del mundo,
con el agua hasta el cuello,
con la mierda hasta el cuello,
fui feliz.
     Si usted quiere un niño solitario,
pensando que el mundo de los mayores,
raro, espectacular, dramático,
más bien estúpido y superficial,
no era el mundo adecuado para un niño.
Y tener cinco años, no eran suficientes,
para canjearlos por la libertad, y entonces,
rompía piedras,
                     de rabia y de dolor,
en el cordón de la vereda,
y cada nuevo trozo de piedra,
era un ejército que se extendía y se multiplicaba,
y tomábamos el poder y decretábamos la libertad.

Llegar siempre me resultaba maravilloso.

La muerte de mi abuelo,
y que Carmen la amiga de mi tía Sara,
sorbiera mi cuerpo en el zaguán, contra la sombra de la higuera,
todo me hacía bien.
Que el caballo de mi tío José
comiera con nosotros, y que mi madre,
se rascara el culo delante de todos,
                                                    eructar era salud,
y tirarse pedos más salud todavía.
                                                 Emborracharse,
tocar las tetas de las mujeres,
o comerse un higo directamente de la higuera,
todo estaba bien.
                        Y entre tanta miseria, una ceremonia:
bailar el tango.
                    Mi madre con todos,
                                                  yo con mi madre.
Su cintura de plata, me decían los hombres.
Su cuerpo de mimbre y yo,
me ponía contento, y ella,
                                   quebraba su vida entre mis brazos,
y los aplausos me envolvían, y era entonces,
cuando el mundo se detenía en esa cintura, y así,
tanta locura,
clavada en el centro de mi corazón entre los aplausos.

Todo era verde y frescor, las primaveras.

El tango es revulsivo, habla de todo.

Mueren a mi alrededor
plantas y animales, y hombres y pálidos murmullos.
Dejo de latir,
                  para encontrarme con tu perfume alado.
Niño y pez,
                nado sin rumbo,
para nacer y morir entre tus nalgas vaporosas,
movimientos de algas
sobre un mar espeso y atormentado
y desesperado te miraba a los ojos,
y recortaba del aire tu sonrisa
y me la pegaba a los labios.
                   Ave de luz,
espejismo donde se desvanecen todas las miradas.

Tráquea fulgurante,
vino desmedido para mis pequeñas entrañas.
Recorro la casa,
como un animalito tocado en pleno vientre,
me retuerzo, pienso que es el fin.
Salgo a la calle y busco,
entre las personas algún signo de vida,
miro al cielo, miro la tierra,
                   no estoy en ningún lado.

Busco desesperadamente entre tus piernas,
                            toco fondo.

 

¿Usted qué opina?

Pornografía   o  Erotismo

Hasta el día de hoy han votado:

Pornografía: 200         Erotismo: 3700

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TRATAMIENTO 
DE PAREJAS

TALLER DE LITERATURA ERÓTICA

Miguel Martínez Fondón
Psicoanalista

Coordinador: 
Miguel Oscar Menassa

Pedir hora: 91 682 18 95
GETAFE (MADRID)

91 542 33 49  (MADRID)

 

ALGO DE POLÍTICA O RECOLECCIÓN DE BASURA

EL MUNDO, miércoles 4 de julio de 2001

El cáncer es de origen psíquico.

EL MUNDO, miércoles 4 de julio de 2001

en el fondo de su primera infancia.

EL MUNDO, miércoles 4 de julio de 2001

Y usted ¿qué opina?

EL MUNDO, miércoles 4 de julio de 2001

¿qué tal?

EL MUNDO, miércoles 4 de julio de 2001

pero piden perdón por haber abandonado el marxismo.

EL MUNDO, miércoles 4 de julio de 2001

sólo para gente de dinero.

EL MUNDO, miércoles 4 de julio de 2001

pero España va bien.

EL MUNDO, miércoles 4 de julio de 2001

pero España va bien.

EL MUNDO, miércoles 4 de julio de 2001

pero España va bien.

Madrid va mucho mejor que España.

 

Madrid, 3 de Julio de 2001

Querido Maestro:

Me detuve en una duda que resuelvo escribiéndolo, así que una vez amarrada al significante me deslizaré hacia lo que pienso de los estragos que hace en las mujeres el hecho de querer ser el objeto a en lugar de hacer su destino de objeto a. No sé, tal vez es como dice Freud que el que elige la mortalidad gana, la tercera introduce la elección y es la que debe ser elegida, dicen los cuentos populares, incluso dicen de los inconvenientes de no elegir la tercera, léase El Rey Lear, un moribundo que no elije ser mortal, elige La Mujer antes de ser mortal, cuando tiene que elegir entre tres mujeres: la madre, una mujer y la muerte, el Rey Lear elije una mujer, una compañera, cuando el poeta le pide que renuncie al amor y elija la muerte, reconciliándose con la necesidad de morir. Ya es un moribundo el que eligió el amor. El hombre busca en vano el amor de una mujer, tal como primero lo obtuvo de la madre, y sólo la muda diosa de la Muerte, le tomará en sus brazos.

Tal vez tus producciones, tu renunciar a tu ser, a tus dichos, para que tu nombre sea letra, decir, existir entre las letras. Está claro que eres un  ser de la letra.

El amor, la demanda, hablar, hace condescender el goce al deseo, porque amas, porque hablas y escribes, en definitiva dos formas de amar, es que tu deseo está en ello, no se ama sin deseo.

Amar es dar lo que no se tiene a quien no es.

Se ama con la falta.

El goce del Otro, del cuerpo del otro que lo simboliza, no es signo de amor.

El amor es signo de cambio de razón, de cambio de discurso, someterse a ser sujeto que habla y ahí su pasión significante es signo de amor.

Saber lo que el otro va a hacer no es prueba de amor.

Y como no hay que atribuirse que sostengamos el semblante, podría decirse que mientras más atribuya el hombre a la mujer confundirlo con Dios, esto es, aquello con lo cual goza, menos odia, y por lo mismo, menos es, es decir, en este asunto, menos ama. 

Todo esto para decirte que te quiero escritor, más allá que escribas en la página en blanco, en el lienzo, en las ediciones, en la manera de concebir un mundo de realidad cibernética, en pensar la formación del psicoanalista con aquel que es capaz de amar, de producir su demanda, su hablar, su escribir, en definitiva para decirte que "te quiero", escritor.

Te felicito por tu saber hacer.

Un abrazo

Amelia   



Madrid, 4 de Julio de 2001

Querida Amelia:

Es muy importante que después de 20 años me sigas llamando maestro.Y este calificativo da cuenta de una conversación que excede los límites de lo puramente didáctico para adentrarse en el término de la transmisión, auténtico telón de fondo donde se juega la posición del analista.

Gracias por existir.


Miguel Oscar Menassa


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