INDIO
GRIS
FUSIONA - DIRIGE - ESCRIBE Y CORRESPONDE: MENASSA 2001 NO SABEMOS HABLAR PERO LO HACEMOS
EN VARIOS IDIOMAS INDIO
GRIS ES PRODUCTO INDIO GRIS Nº 58 AÑO II EDITORIAL Hoy he llegado al límite de mis fuerzas, miércoles 10 de la mañana y recién comienzo a escribir el Indio 58. Estoy tan enfermo que hoy tendría que poder escribir el indio negro. Hubo una vez donde el dolor del mundo se posó en mi mirada. En ese momento no dije nada pero después estuve varias décadas cantando al dolor, y si no me creéis escuchad esto: Fui lo reconozco, el rey de la locura, Fui el tiempo de la voz, Fui Sé que las realizaciones no bastan. Sé
que hice todos los deberes mal. Nos matarán, sé que nos matarán y, sin
embargo, Tango, querida, tangoMovimiento
único y desparejo, Éramos
viento y nube y todo pasaba, Crepúsculo
donde mi taconeo Avena
y luz para esta yegua entre mis brazos, Amanece.
Siento mi ser sobre tu ser. Ella
me lo dice con toda la boca abierta: si
querés, Querida: No
habiendo encontrado, después de intensa búsqueda, el tiempo donde
fuera posible decirte algunas palabras fundamentales para que puedas
alcanzar en más oportunidades un estado creativo gozoso, he decidido,
ya lo ves, que ese tiempo sea el tiempo de la escritura. El
encuadre, estas páginas blancas, donde te iré diciendo del Otro tu
mensaje, de otros, para otros, hundiéndose en la niebla acústica que
producen las palabras y sus esotéricas combinaciones. En
el decir de Freud, haremos el amor seis veces por semana, en
principio, porque después, vendrán los largos seminarios donde
estaremos todo el día juntos y los grandes congresos internacionales
donde nos reuniremos con el mar. ¿Te das cuenta? Tú, yo y el mar:
como si el mundo fuera esa belleza. Y volveríamos a nuestra ciudad, a
nuestros hogares y, cada vez, seríamos más jóvenes y aún más
hermosos y terminaríamos sepultados vivos y ahí lo siniestro, por un
millón de palabras en varios idiomas y sus combinaciones
perfectamente engarzadas al azar. Sé,
me has dicho, que tus intenciones son alcanzar del corazón su centro.
Urdir en el propio corazón del hombre una maniobra que, aunque en
ella se rompa el corazón, atestigüe tu presencia en el mundo. Hablar
tiene el encanto de no hacer y ahí tu maldición. Porque no hacer no
se consigue con el cuerpo, sino con las palabras. Tendidos
sin mirarnos, porque los ojos son los que ponen colores a la muerte.
Sin ojos, no hay posibilidad de engaño: la muerte siempre es negra. Tu
cuerpo muerto, tendido y vacío, sólo forma y belleza, tratando de
alcanzar sin conseguirlo, ese otro cuerpo, también muerto, mi cuerpo,
a tu lado, pleno, condenado por tu carencia a poseer lo que te falta. Inalcanzable
cuerpo muerto, por ser tu propia voz su canto.
16 de abril
de 1977 La
historia de hoy empieza que estoy en el Vips, esperando tranquilamente
que alguna novedad altere mi ser. Ella,
como un viento rojo sobre la mañana, pone sus cabellos entre mis
dientes y ama de mí, mi espera silenciosa. Nuestro
tiempo siempre transcurre fuera de nuestro tiempo. Ella, esta mañana,
tiene la garganta enrojecida de tanto clamar venganza. De tanto gritar
amor o muerte; amor o muerte. Y cae, por así decirlo, entre mis
brazos, pide un té caliente y se desploma para decir que una semana
de espera es mucho tiempo para nuestra locura. Terminé
de tomar tranquilamente mi café y escupí su rostro y le grité que
era una verdadera estúpida. Calló,
lloró de rabia y entre los aplausos de los camareros me chupó la
pija. - Buenos días, le dije, con una mirada extraviada, ella se sentó a mi lado y me confesó no poder más. -
Tengo miedo y frío y nadie me quiere.
Vengo, señor, por una limosna. Sólo ambiciono un poco de vida. Nunca
fui feliz, siempre tuve que aparentar, viví siempre con gente y viví
siempre sola. Amé desesperadamente a un hombre toda mi vida y nunca
amé a nadie. Vengo doctor, porque no puedo más. ¿No ve que tengo los
dientes apretados? Toque mis pechos. ¿No ve que tengo mis pechos como
dos palomas a punto de volar? Apriete mis pezones sin asco, doctor.
Escuche cómo ululan las lobas marinas. Huela los olores que mi sexo
despide para usted. Ame mi vientre, deme un hijo suyo. Ponga entre mis
tripas silenciosas, un destino. -
Así
que tiene anginas, anginas rojas, me imagino, esas anginas que cuando
uno es niño se curan en los brazos de mamá y que de grande no se
curan con nada. Son una manera de vivir. Un desvío inalterable del
deseo humano. -
Lo
entiendo doctor, palabras que callo, deseos que inhibo entre los
estertores de mi tos. Pagué
mi café y sentí que hoy, había ganado la mañana.
El
niño ya poeta huye del hogar. Todo
era noche y soledad lejos de sus brazos amables. Ella
y mis hermanas, Abro
la alcantarilla de mi corazón, Cuando
recuerdo aquella infancia desolada, En
mis manos, Llegar
siempre me resultaba maravilloso. La
muerte de mi abuelo, Todo
era verde y frescor, las primaveras. El
tango es revulsivo, habla de todo. Mueren
a mi alrededor Tráquea
fulgurante, Busco
desesperadamente entre tus piernas,
EL MUNDO, miércoles 4 de julio de 2001 El cáncer es de origen psíquico. EL MUNDO, miércoles 4 de julio de 2001 en el fondo de su primera infancia. EL MUNDO, miércoles 4 de julio de 2001 Y usted ¿qué opina? EL MUNDO, miércoles 4 de julio de 2001 ¿qué tal? EL MUNDO, miércoles 4 de julio de 2001 pero piden perdón por haber abandonado el marxismo. EL MUNDO, miércoles 4 de julio de 2001 sólo para gente de dinero. EL MUNDO, miércoles 4 de julio de 2001 pero España va bien. EL MUNDO, miércoles 4 de julio de 2001 pero España va bien. EL MUNDO, miércoles 4 de julio de 2001 pero España va bien. Madrid va mucho mejor que España. Madrid, 3 de Julio de 2001 Querido Maestro: Me detuve en una duda que resuelvo escribiéndolo, así que una vez amarrada al significante me deslizaré hacia lo que pienso de los estragos que hace en las mujeres el hecho de querer ser el objeto a en lugar de hacer su destino de objeto a. No sé, tal vez es como dice Freud que el que elige la mortalidad gana, la tercera introduce la elección y es la que debe ser elegida, dicen los cuentos populares, incluso dicen de los inconvenientes de no elegir la tercera, léase El Rey Lear, un moribundo que no elije ser mortal, elige La Mujer antes de ser mortal, cuando tiene que elegir entre tres mujeres: la madre, una mujer y la muerte, el Rey Lear elije una mujer, una compañera, cuando el poeta le pide que renuncie al amor y elija la muerte, reconciliándose con la necesidad de morir. Ya es un moribundo el que eligió el amor. El hombre busca en vano el amor de una mujer, tal como primero lo obtuvo de la madre, y sólo la muda diosa de la Muerte, le tomará en sus brazos. Tal vez tus producciones, tu renunciar a tu ser, a tus dichos, para que tu nombre sea letra, decir, existir entre las letras. Está claro que eres un ser de la letra. El amor, la demanda, hablar, hace condescender el goce al deseo, porque amas, porque hablas y escribes, en definitiva dos formas de amar, es que tu deseo está en ello, no se ama sin deseo. Amar es dar lo que no se tiene a quien no es. Se ama con la falta. El goce del Otro, del cuerpo del otro que lo simboliza, no es signo de amor. El amor es signo de cambio de razón, de cambio de discurso, someterse a ser sujeto que habla y ahí su pasión significante es signo de amor. Saber lo que el otro va a hacer no es prueba de amor. Y como no hay que atribuirse que sostengamos el semblante, podría decirse que mientras más atribuya el hombre a la mujer confundirlo con Dios, esto es, aquello con lo cual goza, menos odia, y por lo mismo, menos es, es decir, en este asunto, menos ama. Todo esto para decirte que te quiero escritor, más allá que escribas en la página en blanco, en el lienzo, en las ediciones, en la manera de concebir un mundo de realidad cibernética, en pensar la formación del psicoanalista con aquel que es capaz de amar, de producir su demanda, su hablar, su escribir, en definitiva para decirte que "te quiero", escritor. Te felicito por tu saber hacer. Un abrazo Amelia
Querida Amelia: Es muy importante que después de 20 años me sigas llamando maestro.Y este calificativo da cuenta de una conversación que excede los límites de lo puramente didáctico para adentrarse en el término de la transmisión, auténtico telón de fondo donde se juega la posición del analista. Gracias por existir.
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