INDIO
GRIS
FUSIONA - DIRIGE - ESCRIBE Y CORRESPONDE: MENASSA 2001 NO SABEMOS HABLAR PERO LO HACEMOS
EN VARIOS IDIOMAS INDIO
GRIS ES PRODUCTO INDIO GRIS Nº 57 AÑO II EDITORIAL Hay cosas que no tienen esperanzas, son cosas como hielo frente al sol. Sábado a la mañana de un caluroso fin de Junio y estoy embarcado en una nueva mudanza. La escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero se muda de la tercera planta en la calle Princesa 17, a dos locales en la calle Duque de Osuna 4, que quiere decir, en la calle Princesa, pero a la calle y con jardín. ¿se dan cuenta? Yo por mi parte podré transformar los tres despachos que usaba en Princesa 17 ( consulta, sala de grupos y despacho) por tres plantas: Planta baja con un patio de 56 metros (recuerdo: calle Princesa a 30 metros de Plaza España) para taller de pintura. En la primera planta funcionará mi consulta privada ( entre 30.000 y 40.000 pesetas el encuentro) una gran sala para la atención de grupos ( unas 60.000 pesetas por mes y por integrante) y un despacho pequeño de nogal y tapete verde para las entrevistas de asesoramiento de empresas, industrias y estudios semejantes ( unas 300.000 pesetas la intervención) y a partir del mes de Agosto dispondré de 32 paredes para colgar mis cuadros y si no soy del todo feliz es porque en el mundo hay cosas que no tienen esperanzas. El Indio Gris ha conseguido para todos los lectores, que visiten su página y dejen algo escrito que atestigüe haberlo hecho, la posibilidad de cursar de manera gratuita los tres años del Seminario Sigmund Freud que imparten psicoanalistas de la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero. Para el próximo número espero encontrar y poner a vuestra disposición toda la información. 20 de noviembre de 1981 ¿Sabías que volvía? ¿me esperabas? Sangrante y taciturno, después de mil
fracasos No estás, pero te anuncian verdes
desesperados. Aullidos de los cráneos no soportando
el viento, 24 de marzo, 1977, Madrid Atentemos contra lo más puro. Pongamos en juego la amistad. 24 de marzo de 1977, Madrid Hoy amé tus amores. Azulejos del terror,
malvas de la quietud, Y te pido perdón por todos los excesos. Son inevitables. Quiero cantar, Blasfemias, Alta espiga de mayo, 29 de marzo de 1977, Madrid Haberte dicho que nuestra
conversación No habrá final para lo que recién comienza. Esta vez, Silencio y noche perpetua para los amantes. Silencio y perfumes del
silencio para el acto final. El silencio final. Los días se acuestan sobre mí, me aplastan. Aquel radiante porvenir, aquel radiante porvenir está en mis manos, está en mis manos y, sin embargo... Ella hoy me lo dijo de una manera conmovedora. - He venido, así como me ve, a morir en sus brazos. Vengo mal herida, traigo el arte de amamantar destruido por pasiones ambiguas. Lo confundí todo doctor, deseo a mis hijos, amo a mi madre y me psicoanalicé cinco años, antes de venir a verlo, con una mujer como mí misma. - ¿Y por qué no se suicidó? -le dije secamente. - Porque, cuando lo estaba pensando, cayó en mis manos (imagino que del cielo) un libro suyo y al leerlo me nacieron nuevas esperanzas y me dije: yo voy a verlo y si no me salva la vida, por lo menos moriré feliz. ¡Vivir 200 años! como usted dice en sus libros... ¡qué maravilla! ¿Y doctor, me va a curar? Yo estaba un poco asustado y le contesté a mi vez con otra pregunta: - ¿De qué? Ella palideció, dejó caer sus brazos entre las piernas y se encorvó hasta casi tocar el piso con su cabeza y desde ese pozo, desde lo más bajo donde se podía llegar, con un hilo de voz, me lo dijo: -Cáncer... cáncer... cáncer... cáncer... Cuando dejó de decir, aspiré profundamente y, también, yo le dije: - Si viene a verme por eso, sólo por eso, puede tumbarse en el diván. Ya tumbada en el diván, mientras encendía un cigarrillo, decía que debería dejar de fumar, y entre esplendorosos humos que salían de su boca, como de un volcán en erupción, me preguntó lasciva: - ¿Qué tengo que hacer ahora? - Irse y volver mañana a su segunda sesión. Buenas tardes. Cuando ella se fue, hice quince flexiones de las difíciles con los brazos, abrí todas las ventanas y me senté de nuevo en el sillón. Y lo primero que se me ocurrió fue lo siguiente: Si del culo provengo, iré a parar a una cloaca. Cuando cerraba las ventanas, por el frío, pensé que no entendía bien lo que estaba ocurriendo. Rápidamente me enfrasqué en la lectura de acontecimientos futuros y no me hacía del todo bien verme trabajando de Dios los próximos años.
26 de octubre de 1976 La mayoría de las veces yo la dejaba hacer. Ella siempre tenía ideas claras, A veces yo la empujaba en sus ideas Pensar es un trabajo honroso, me
decía, En esos casos yo le acariciaba la
frente,
Yo tomaba distancia
Después, Entonces se pasea por la casa Por las mañanas yo la escucho sin parpadear. Ella barre y deja de barrer, Después ella me prepara un zumo de
naranjas, Y cuando hacemos el amor ella me
pregunta si la amo. Claro, me dice, A veces hacemos el amor como una mujer
y un hombre,
EL PAÍS, sábado 18 de junio de 2001 Los chicos de Babelia se han pasado. Hace dos semanas había que defender a los animales, la semana pasada había que dejarse dominar por las dictaduras provenientes de la democracia norteamericana y esta semana, tócate los pies, la Biblia es el libro del Mundo. Yo pienso que estos chavales no duran una semana más en sus puestos. Por las dudas mantengan su lugar algunas semanas más les aconsejamos con un ejemplo. La Biblia: Libro universal, con lo que se hubiese evitado, por lo menos en Madrid, que cientos de miles de personas pensaran que el diario el Mundo era la Biblia para los periodistas de Babelia, revista de culturita del diario El País y seguimos sin querer hablar del poema del sábado. Hoy lo he comprendido definitivamente, aunque publicáramos los mismos autores, publicaríamos poemas diferentes. EL PAÍS, sábado 21 de junio de 2001 Hay cosas que no tienen esperanzas, son cosas como hielos frente al sol. La Ley de Extranjería sólo sirve para expulsar de España MARCA, lunes 25 de junio de 2001 pero ahora soy entrenador del Atlético de Madrid. Madrid Año 2001, 27 de Junio Para Juan-Jacobo Bajarlía. Estimado Maestro: Vos y tu encantadora esposa han sido agraciados con el premio de 200$ que el Indio Gris había instituido al lector que por 1º vez al hablar del libro Monólogo entre la vaca y el moribundo (que aconsejamos leer) mencionara el Nº 35. Dicho premio te será entregado en Buenos Aires por uno de nuestros bellos contactos, Marcela Villavella, en menos de 15 días. Un fuerte abrazo para vos que quiero que hagas extensivo a tu mujer con la cual esperamos que compartas el premio por su implicación. Gracias por existir.
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