INDIO
GRIS
FUSIONA - DIRIGE - ESCRIBE Y CORRESPONDE: MENASSA 2001 NO SABEMOS HABLAR PERO LO HACEMOS
EN VARIOS IDIOMAS INDIO
GRIS ES PRODUCTO INDIO GRIS Nº 56 AÑO II EDITORIAL Hoy es domingo 8 y 30 de la mañana. El asunto de las secciones representa, si no exactamente más trabajo, al menos, un cierto orden, una cierta disciplina. Si tengo que decir alguna verdad un domingo a la mañana tan temprano, puedo decir que la Editorial Grupo Cero, en la Feria del Libro de Madrid, batió todos los antecedentes, propios y ajenos, transformándose en la Editorial que más libros de poesía vendió en la Feria (todo legal, con la presencia del Notario) y, ahora estamos contentos por dos motivos: 1- Por ser los poetas más leídos de España. 2- Porque a pesar de ser los poetas más leídos en dos continentes, ya que en Argentina nos pasa lo mismo, seguimos siendo unos desconocidos para la prensa oficial. Léase con corrección, prensa oficial quiere decir todos los suplementos de los periódicos mas importantes (sólo por su tirada) trenzados de una manera indisoluble con editoriales más poderosas que la nuestra. Y eso no es lo más importante, porque tarde o temprano nosotros, también, seremos una editorial poderosa; lo peor es que no nos gusta cómo escriben, no nos gusta que se pasen todas las semanas desprestigiando la Poesía cuando nunca pudieron escribir un verso. Han pasado apenas unos minutos y ya voy por mi segunda verdad. Hicimos una fiesta, ayer, sábado a la tardecita, leímos poesía, tomamos una o dos copitas de vino español (de la Ribera del Duero, reserva del 95) nos abrazamos y lloramos, como corresponde cuando se triunfa, todos juntos, a la vez, en el mismo instante y después la poesía de los jóvenes, rompiendo todos los moldes, demostraba material, históricamente que los años habían transcurrido. En la página de la Escuela de Poesía Grupo Cero se editan dos poemas diarios, uno de poemas ya editados y otro de poemas inéditos de integrantes de los Talleres de Poesía. www.poesiagrupocero.com y esto es también publicidad pero digamos difusión de un servicio social gratuito y de primerísima calidad, para que los ciudadanos puedan constatar por sí mismos, la existencia de la belleza. HE BUSCADO He
buscado, tercamente, Siempre
en el mismo sitio, Dejo
huellas sobre mis pasos En
plena libertad, 23 de marzo de 1977, Madrid Reconozco, querida,
pido perdón Reconozco haberme equivocado
contigo. ¡El amor existe! Mi escritura es mortal, vive en tu
cuerpo. ¿Dónde están los suicidios? El amor no existe, querido, Soy la reina de la bondad, Deseo, Un diamante en las entrañas de la
bestia feroz, La cuarta dimensión existe,
querido, Soy todas, 23 de marzo de 1977, por la tarde, Madrid El encuentro de la mañana fue desastroso. Un mes, tiempo suficiente, Horado las piedras, Demasiada pasión. Llega ella y le muestro que he escrito algunas páginas en el cuaderno que se olvidó ayer. Le digo que he comenzado a escribir su historia clínica. Va a mear, vuelve, comienza a liar un porro y dice: - Tenga cuidado que hoy no estoy maquillada. - Ella más que literatura es aire. Hoy, por ejemplo, nos llevó veinte minutos que ella se tumbara en el diván. - Estoy pensando en esa mujer, ¡cómo me impactó! Tenía un cuerpo irreal como una aparición. una mujer sobrenatural, sobre todo los ojos. Delante de esta visión es donde se me desencadenaron los mecanismos de la envidia, el desprecio e inmediatamente me dije: lo que pasa es que esta mujer es una drogadicta. Y me puse a mirar a otras mujeres que no saben qué hacer con su cuerpo, están torcidas, personajes que me volvieron totalmente loca. Con uno de ellos me regodeaba en espejos feos, lo veía un ladrón de ideas ajenas. Juzgaba severamente, tanto que llegué a pensar que si usted me quería salvar tendría que ser un Dios. Y si di pocos problemas, fue gracias a pensar todo el tiempo que usted era Dios, esta idea me sostenía. Parece raro pero es así. El problema es que pueden existir en mí ideas muy contradictorias, por ejemplo; hoy lo siento Dios y le doy tarjeta de Dios, mañana lo siento Demonio y le doy tarjeta de Demonio. Vivo de una manera muy rara. (Cuando dé a leer estos escritos diré: trate de reconocerse, le hará bien, pero no se sienta identificado, usted no es el único.) Esta mañana pensaba en esta especie de barrera, este miedo a la locura, del otro... es un miedo de sometida. Si yo me decidiese tener fe en algo, por ahí, me iría mejor. En general vivo con el cuerpo dolorido. (Tuve ganas de decirle que ella no hacía nada en todo el día, por eso le dolía el cuerpo, pero no le dije nada.) Hay una parte de mí, muy preocupada por el cuerpo. Aquí, hablé poco del cuerpo. Una rebeldía contra, ustedes, los psicoanalistas. Me duele todo. (En voz baja pensé: ¿por qué no se libera?) Me irrita encontrarme de pronto en estas cosas modernas. (El psicoanálisis, por ejemplo). Cierto tipo de psicoanálisis, sí. (el suyo). No, de mi psicoanálisis, yo estoy enamorada, por eso me enerva que usted pueda pensar que yo tenga que liberarme, porque yo pienso, que usted quiere que me libere de usted, y esto, se lo digo yo, doctor, que me conozco, todavía no ha comenzado. (Sométase). Ella se ríe como si me hubiese escuchado, pregunta si se puede desnudar y comienza a hacerlo. Zapatos. Blusa. Falda. - Esta prenda es ortopédica (habla del sostén) la obliga a una a sentir sus pechos todo el día. Tengo un pecho infantil y, ahora, mucho frío. Seguro, que aquí no funciona ni la calefacción. - ¿Me oye? con tanto ruido que hace el viento. Tengo la sensación que tendría que gritar, para que usted me escuche. - Usted siente que su cuerpo desnudo, no me ha llamado suficientemente la atención... - Usted se dio cuenta que mi cuerpo estaba muy mal y por eso, precisamente, le llamó la atención. Tengo manchas rojas por todas partes. Por delante, por detrás, tengo machas rojas por todos lados. De varios tamaños, una bien grande, aquí, en el culo y otras más pequeñas por todos lados y algunas, más que manchas, parecen bultitos. Mirar el cuerpo de una, no es para nada, como una, a veces, lo siente. Claro que, ahora, no sé si estoy mirando mi cuerpo, o si con mi cuerpo lo único que estoy haciendo, es mostrárselo. Ríe, muy fuerte, como si estuviera verdaderamente contenta. - Yo antes no era así. Por la ventana entra despiadadamente el pequeño sol. - Yo antes me mostraba con naturalidad. Yo antes me masturbaba con naturalidad. Ahora siento una sensación claramente infantil, recuerdo intensamente una palabra de dos colores, verde y sangre, ¿se da cuenta?. Pasa que me encanta desnudarme y es algo que casi no se puede hacer, sin desencadenar un escándalo, sin provocar extrañas pasiones. El sol se apaga y vuelve a salir varias veces. Mientras ella se vestía fui al baño y luego a la cocina, por ir, por dejarla tranquila. Cuando se terminó de poner los zapatos, le di un beso en la frente y nos despedimos, hasta la próxima.
Salí del portal y, con paso rápido, me dirigí hacia la esquina de Princesa para tomar un taxi. Me embargaba una agradable sensación de irrealidad, me sentía un personaje de alguna novela o, incluso, de cómic, regresando a la base después de haber llevado a cabo una difícil misión, secreta, por supuesto. Hacer coincidir los acontecimientos de las dos últimas horas con mi vida, me resultaba imposible, increíble de todo punto de vista. Pero la evidencia: mi sonrisa de paz sobrenatural, no podía negarse, ni siquiera yo podía ignorarla. De golpe, en medio de la tranquilidad de la tarde, él me dijo: - Eh, ¿nos la follamos? - No sé si estoy preparada. Mientras le contestaba con esa estúpida frase, sentí que había caído en la trampa, había cometido un error de principiante: le había desafiado. No me quedaba, ahora, otra alternativa que respirar profundamente, disimular el temblor de piernas y capear el temporal, lo más dignamente posible. Ella volvió y se sentó a mi lado. En ese momento pensé que él le había dicho lo mismo que me había dicho a mí: -Eh, ¿nos follamos a ésta? Desde ese momento el orden de los acontecimientos aparece muy confuso. Recuerdo su coño abierto, ante mí, como un inmenso mar embravecido por la fiereza del amor. Mar abierto, ahora, también, para mí. Me hundí en las profundidades de esa matriz inaugural, rastreando con mi lengua el olor de tu sexo amado y, ella, entre gemidos como gritos de libertad y susurros y caricias y.... - Sí. Sí. Sigue. Sí. Sigue. Palabras con las que ella guiaba mis pasos hacia tu corazón. Tú aparecías cada tanto, como distraído y preguntabas: -¿Cómo están mis putitas indomables? Entonces ella, se abalanzaba sobre tu polla soberana y la chupaba toda y se la tragaba toda y te agarraba de los huevos, mientras me decía con la mirada: -Ven, también puede ser tu macho. Debo confesar haberme paralizado de miedo. El miedo detiene mis manos, anega mi cabeza. Miedo a reconocer aquel goce brutal de a tres. Abrí mis piernas a la voracidad de ese deseo y ella, aprovechó para meterme hasta el fondo tu polla amada y navegamos las dos sobre tu enorme polla marinera, en increíble danza dirigida por el movimiento de su deseo. Perdí toda noción del tiempo y del espacio. El paraíso coincidía con los límites de aquella cama, donde de la historia del amor se escribía un capítulo más. -Sé que las cosas importantes no dejan señal, me dijo él rápidamente, y al mirar a mi alrededor veo señales por todas partes. Si realmente me pusiera a investigar, me daría cuenta que la gente que me rodea no hace muchas cosas importantes. Nunca termino de saber si estoy rodeada de tontos o de inteligentes. Me parece mentira que a mi edad, me pregunte eso de mí, pero me lo pregunto: - ¿Soy un genio o, directamente, una tonta? - Eres un genio, mi amor, eres un genio, dijo él sin dudar.
EL PAÍS, sábado 18 de junio de 2001 Halagamos el optimismo de Máximo ya que todos los Ministerios necesitan psicoanálisis, también el de Cultura. EL PAÍS, sábado 16 de junio de 2001 Y si alguien se rompe, que pase el siguiente.
EL PAÍS, sábado 16 de junio de 2001 Pero España va bien.
EL PAÍS, sábado 16 de junio de 2001
E.E.U.U. publica un libro donde se enseña, a los ciudadanos mundiales, a tolerar las dictaduras cuando provienen de la democracia norteamericana, y no queremos ni hablar del poema del sábado. EL PAÍS, sábado 16 de junio de 2001 Despido rápido, sexo en solitario o con la esposa o el jefe; enfermedad segura, entierro barato. Pero España va bien.
EL PAÍS, sábado 16 de junio de 2001 De nadie.
EL PAÍS, sábado 16 de junio de 2001 Y el fiscal contestó: A los amigos la mano; a los enemigos la ley. EL PAÍS, sábado 16 de junio de 200 Pero España va bien.
EL PAÍS, sábado 16 de junio de 2001 Y
les prometió que si le dejan jugar libremente a la |