EL OFICIO DE MORIR -diario de un psicoanalista- (1.983)

10 de agosto de 1977

Repaso mis escritos mientras bebo naranjas heladas, sopas frías y algunos sorbos de alcohol. Eructo varias veces, me imagino, a consecuencia de todo el líquido ingerido. Eructar me hace bien, es como descargarse de algo inútil.

La mezcla de alcohol, sopa de arroz fría, yerba, chocolate y naranjas heladas, es buena, me mantiene atento a todo lo que pasa y me da cierta capacidad de exposición. Una especie de llanto congelado por los que ya murieron, por los que este año tampoco estarán con nosotros. Somos extranjeros, tenemos muertos de dos tipos: los muertos muertos y los muertos vivos.

La casa está silenciosa; instante donde parece que toda la casa fuera el escritor. ¡Silencio! para que las ideas puedan ser expuestas. ¡Silencio! para que el escritor se hunda en su propio mundo, en sus propias inhibiciones, en su propia falsedad.

Siento la ausencia de música, música francesa, juvenil, erótica. Enciendo un cigarrillo para ver si consigo distraer mi atención. La música alegre en francés, me recuerda su boca amplia como el mar. Ahora tengo ganas de mear y la música se ha hecho más lenta, menos alegre, más sensual. Aprieto mis piernas una contra otra y apago el cigarrillo. por momentos me siento genial, un escritor que podrá lo que muy pocos grandes escritores pudieron. Vivir una vida, tener hijos, mujer, mujeres, amigos o recuerdos inolvidables de amigos. Pasiones cotidianas, preocupaciones por el dinero. Un escritor que viva de su trabajo. Un escritor que tenga un cierto amor, una cierta relación con algunas personas con nombre y apellido, con supuestas historias personales. Mear me produce un alivio incuantificable. La música, ahora, es moderna, ruidosa. Todo ruido me recuerda el pasado: Guitarras rasgadas con odio. Balas disparadas con odio. Tambores de locura, rauda armonía de la muerte, estás aquí, te siento en el intenso calor de mis ojos, detenida, casi sin deseos, atareada, como confundida, por mi manera de vivir.

 Hasta la próxima.

Indio Gris
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