Debo decidirme a vivir una vejez cinco estrellas.

La decisión implica aplicar cierta crueldad en todas mis cosas: Escuela, Editorial, Empleados, Sede, Cuadros, Amores, Familiares, Amigos, tanto aquí como allá.

Hasta he pensado gastarme el poco dinero que tengo en quedar en libertad: sin Sede, sin empleados, sin fieles, etc, etc.

Así (me acuerdo de Germán Pardo García) podría vivir 30, 40 años casi con plenitud.

Debo intentarlo, para cuidar mi salud, que sólo es precaria cuando no la cuido.

TODO: Es un poco brutal proponérselo. Decirle que no a éste y a ese otro, también, no sonreír a nadie por un tiempo. Después las situaciones cambiarán, aunque, a veces, uno no lo quiera.

No sé, que no lo sé, no sé si podré seguir mis propios pasos.

Sin ningún tipo de misericordia, deseo seguir mis pasos y adelante, dejándome guiar por mi propio pensamiento.

Durante mis primeros 69, casi 70 años, estudié casi todos los caminos, los que figuraban en los libros y también los caminos secretos.

Es ahora que tengo edad para desear transitar mis propios caminos. Caminos que espero me permitan poder vivir mi propia vejez como si fuera mía.

Hasta la próxima.

Indio Gris
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