Revista semanal por
Internet Indio Gris
Nº 242. AÑO 2005 JUEVES 31 DE MARZO
FUSIONA - DIRIGE - ESCRIBE Y CORRESPONDE:
MENASSA 2005
NO SABEMOS HABLAR PERO LO HACEMOS
EN VARIOS IDIOMAS
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INDIO
GRIS ES PRODUCTO
DE UNA FUSIÓN
EL BRILLO DE LO GRIS
Y
EL INDIO DEL JARAMA
LA FUSIÓN CON MÁS FUTURO DEL SIGLO
XXI
Indio
Gris
INDIO GRIS Nº 242
AÑO V
EDITORIAL
"LA
INTERPRETACIÓN
FUERA DE SESIÓN
ES UNA AGRESIÓN"
Editorial
POESÍA, CARTAS DE AMOR,
PSICOANÁLISIS,
¿EROTISMO O PORNOGRAFÍA?
ALGO DE POLÍTICA O RECOLECCIÓN DE BASURA
Y CARTA DEL DIRECTOR |
"LA MUJER Y YO"
33
En el encuentro con
las lágrimas
ella, podríamos decir, era feliz.
Buscaba, llorando, un destino
y se encontraba en su interior,
siempre llorando, a sí misma.
El hombre sufre siempre por lo mismo,
en la cúspide de la poesía, todavía,
siento que mi hombre puede morir
por falta de comida. ¿Y de amor?
preguntó ella suspicaz y, sin esperar
algún gesto mío o alguna respuesta,
se abalanzó sobre mis pobres dudas
y rompió todo lo que se rompía.
Y hablaba de mí y de ella
como si fuéramos la misma persona:
Después, también, están esas mujeres
que te aman porque están aburridas
o bien, aquellas que están locas
y están a tu lado como una técnica
de defensa personal contra la locura.
Eso, a mí, también me pasa,
cuando todo está por estallar
cuando ya no tolero los pájaros volando,
me descompongo en tus brazos, un instante
y el mundo vuelve a ser lo que era.
Hoy estoy intoxicado de varias maneras,
querida, le dije, al borde del desmayo.
El alcohol de la fiesta, tus besos de borracha
haciéndome gozar hasta el amanecer
y, después, ese regalo de oro del Himalaya,
llevaron la intoxicación al centro del delirio.
Me veía llegando a los lugares en silencio,
varios de mis amores murieron de espanto
por mi manera sigilosa de llegar a la piel.
A mí me pasa mucho peor, dijo ella,
a veces, soy una esclava de mí misma,
me encadeno y me golpeo sin miramientos
y me pregunto qué fue lo que pasó:
Éramos duendes y salvajes,
todo al mismo tiempo.
Duendes cuando hacíamos el amor
salvajes cuando hablábamos.
Todo se ha de cumplir inexorablemente,
decía ella, entusiasmada, y yo doy otra calada
y el humo, ni caliente, ni frío, ni siquiera humo,
me envuelve en un torbellino de locura
que no puedo sino reconocer como propia.
Luego comienzan a temblar las guitarras
y la tarde se contempla a sí misma
y se siente dichosa porque la fiesta
ha de comenzar antes de su muerte.
Y en un día de fiesta se mezcla todo,
una señora gorda y hasta un bebé llorando,
una madre destetada y ansiosa
y la central lechera de huelga general.
El pobre niño sufre los primeros días
mas decide vivir y se amamanta solo,
después, cuando es un hombre, necesita sentir
que alguien lo quiere porque sí, por nada,
y, aunque sea un triunfador en todo lo que haga,
es capaz de morir todos los días por amor.
Una noche fatal,
de copas y de amores,
una mujer le dijo:
Necesitas el amor de tu madre
y él le asestó,
sin decir palabra,
treinta puñaladas.
"La
mujer y yo 33"
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