Revista semanal por
Internet Indio Gris FUSIONA - DIRIGE - ESCRIBE Y CORRESPONDE: MENASSA 2003 NO SABEMOS HABLAR PERO LO HACEMOS
EN VARIOS IDIOMAS INDIO
GRIS ES PRODUCTO INDIO GRIS Nº 162 AÑO IV Cada vez estoy más convencido de que si no utilizo mi poder sobre la gente que me rodea, con el tiempo no habrá gente. El otro necesita, siempre, para enfrentarse con la verdad, ser llevado hasta el borde. Ahí, donde el sujeto ya no puede hacer otra cosa, habla. Por ahora me toca liderar esta situación que no entiendo del todo. Yo trataré de someterme al psicoanálisis. El resto, me imagino, será fácil, ya que no seré yo quien avanza, sino el psicoanálisis. Poema
en
la voz de Miguel Oscar Menassa EN MÍ ESTABA LA FURIA Abriendo los candados de mi pecho Ella hablaba de menos y al parecer En mi pecho, en medio de mi pecho QUERIDA: Alguna vez dirás que escribo porque escribo, y tendrás tus razones. Sin mucho dinero como para que las muertes cotidianas sean más breves o insignificantes, la mejor muerte a mi alcance es morir escribiendo. Se pierden con la escritura las necesidades pequeñas y el hombre escribiendo está hambriento de libertad más que de pan y cuando está hambriento de pan, siempre es algo general, muchos hombres y millones de niños mueren por falta de pan. El que escribe, si no lo matan antes los Estados o los medios de comunicación social, termina amando cosas grandes, praderas inmensas como las palmas del cielo, varios millones de piojos queriendo rescatar el picor que producen, un verdadero ejército de piojosos queriendo rescatar del mundo la mugre que padecen. Y, mientras tanto, una estrella se parte entre los ojos de los amantes. Y todo es grande para el que escribe, cometas enarbolando banderas invisibles, espacios subterráneos, cárceles abiertas como brazos abiertos. Velocidades supersónicas donde cada música encuentra su palabra.
Ella, cuando me habla, siempre me habla de la vida que no le dejaron hacer y, claro, con esa convicción, ella va por la vida sin saber qué hacer con el dinero, sin saber qué hacer con su sexo, sin saber qué hacer con sus manos, sus pies...
Un 25 de mayo, después de liberar a 225 presos políticos, unos 25 amigos y amigas nos encontramos, en la casa de una de las parejas del grupo, y bebimos. En esa época se fumaba un poco de yerba y nos pusimos todos en pelotas y bailamos, y follábamos todos con todos y de golpe te encontrabas en brazos de tres mujeres a la vez o, como me pasó a mí, cinco hombres, todos a la vez tratando de encontrar un tesoro en mis entrañas. Yo gocé, gocé como una loca.
Debo confesar que la estética no me interesa tanto como el buen funcionamiento, la salud, el placer ligero. Las experiencias que me ha tocado vivir pueden ser narradas de una sencilla manera: Caracteres del tiempo, lujo del alba. Enérgico vaivén, el de la vida. Un día me lo dije y no fue fácil: desprenderme del hombre, arrojar al espacio las luciérnagas dolorosas y quedarme sin mí. El Indio Gris |