Revista semanal por
Internet Indio Gris FUSIONA - DIRIGE - ESCRIBE Y CORRESPONDE: MENASSA 2002 NO SABEMOS HABLAR PERO LO HACEMOS
EN VARIOS IDIOMAS INDIO
GRIS ES PRODUCTO INDIO GRIS Nº 134 AÑO III EDITORIAL CS: ¿Es necesario un maestro en una comunidad psicoanalítica? MOM: Cuando un grupo psicoanalítico se divide para ponerse a favor y en contra de un discurso, deja de ser un conjunto de fragmentos para transformarse en un grupo disociado, todavía, no es un grupo de producción, pero ya no padece los fenómenos de la masa. En realidad, a mi entender, lo que se elabora en el nombramiento de un maestro es el canibalismo y esta elaboración no es toda la civilización que debe alcanzar una comunidad psicoanalítica, pero es su comienzo. CS: ¿Qué papel tiene la escritura en la Escuela Grupo Cero? MOM: Si no estamos solos, si no somos únicos, entonces, cada triunfo de la poesía será un triunfo de todos los hombres y cada derrota de la poesía será una derrota de toda la humanidad. Algún día alguien pagará para que el hombre pueda alcanzar su felicidad o su gloria, pero por ahora no es así y esperando, tranquilamente sin hacer nada, no ocurrirá jamás. CS: ¿De qué adolece el candidato? MOM: Todos tienen miedo de ser descartados en cada nuevo movimiento, cuando, en realidad, se descartan todos aquellos que queden inscriptos como pacientes eternos. CS: ¿Qué le diría usted a aquellos que quieren ejercer el psicoanálisis fuera de un grupo? MOM: En vano vagáis por los dominios de la ciencia, nadie aprende sino aquello que le está dado aprender. Es imposible vivir conforme al principio de placer. Lo psíquico es algo tan singularmente único que ninguna comparación puede definir su naturaleza. Después, si quieres, te puedes dar la cabeza contra la pared o arrancarte los huevos, nadie llorará por ti. VÍDEO
Miguel
Oscar Menassa recitando
A MÍ LA POESÍA ME LO PERMITE TODO A
mí la poesía me lo permite todo Vengo a quebrantar las ilusiones. Entre
mis brazos Vértice
de mí mismo Anhelante
de mí Para ver el video debe tener instalado en su ordenador los programas:
QUERIDA: Presintiendo qué poco es lo que podré, lo intento, en desesperada búsqueda de un ser para tranquilizarte. Si todos tienen un ser, yo también lo tendré. Sierpes acuáticas afloran empecinadamente. Abiertas como flores en la estación del sur, se dejan penetrar por todo viento, por cualquier ilusión. Todo fue un juego para mí, pero la poesía no. Y ahí en esa negativa crucial es donde se realiza lo más hermoso de mi vida. Sin ir más lejos, mis versos.
El segundo encuentro fue aún más dramático que el primero. La "No" llegó y me dijo, después de darme dos besos mal dados, uno a cada costado de la boca, que ella ya no estaba preocupada del cáncer que estábamos curando, sino que estaba muy preocupada por el cáncer que le iba a venir. Es decir, ella no estaba preocupada por el cáncer que yo le estaba curando, sino por aquél otro cáncer que ella me dedicaría si yo conseguía curarla. Le dije que al fin y al cabo yo no había hecho tanto por ella para que ella me pagara una fortuna por su tratamiento. - No puedo pensar en otra cosa que en este nuevo dolor que no es ningún nuevo dolor, porque lo tuvo mi abuelo. Es un dolor en la espalda, el lado derecho, como una puñalada, como algo de traición hay en ese dolor, alguna culpa por haberla pasado bien el sábado con mi marido, cuando en realidad quería que fuera con otro. - Dios castiga sin palo y sin rebenque y ama sin besos. Continuamos la próxima.
Sabía lo que ella quería, me lo estaba pidiendo a gritos entre jadeos y movimientos de cobra enloquecida. Sabía cómo transportarla al paraíso, yo misma había volado más allá de lo permitido. Perdí la noción de mis límites, sus manos, tu pija, yo era la concha abierta a las quebradas del amor y, también, la voraz y empecinada lengua que surcaba abismos imposibles hasta el corazón mismo del deseo.
Lo peor es tener demasiadas ambiciones comparadas con la capacidad de trabajo. Fui feliz, fui feliz, eso es lo que tengo que decir alguna vez, la humanidad tiene que saberlo, fui feliz, el hombre más feliz del universo, comprendí la soledad y pensé que era cosa pequeña mi soledad comparada con cualquier otra soledad, la de los siglos, por ejemplo, la soledad de las estrellas. Derivo sin poder retener las palabras al borde de un sentido, siento que no estoy haciendo exactamente bien las cosas, ya que no sé si con tanto ruido podré sentir el ruido de algún llanto. Tengo que poder sobreponerme al desorden, siempre burgués, es decir, el desorden, la desidia es siempre contrarrevolucionaria, se diga lo que se diga, y se trate de la revolución de que se trate. Indio Gris ESTO ES PUBLICIDAD
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