Revista semanal por
Internet Indio Gris FUSIONA - DIRIGE - ESCRIBE Y CORRESPONDE: MENASSA 2002 NO SABEMOS HABLAR PERO LO HACEMOS
EN VARIOS IDIOMAS INDIO
GRIS ES PRODUCTO INDIO GRIS Nº 132 AÑO III EDITORIAL El Indio Gris no se rinde Para vivir 20 años más, no tengo que hacer casi nada: beber un poco de agua, escribir un verso al atardecer, después del trabajo pintar un cuadro, atender los compromisos nocturnos como corresponde a un hombre de mi edad y, también, atender los compromisos diurnos. Y beber un poco de agua. Para vivir 50 años más debería, desde hoy mismo, cuidarme en algo. - Nunca terminaré de pagar lo que habéis hecho por mí, decía el condenado, camino de la silla eléctrica. - Es un decir del verso, le dije al condenado, pero el verso es nuestra vida. Cómo me gustaría vivir 200 años, al menos 150, es por eso que camino muy lentamente, y a mis 62 años, aún, no terminé ninguna de las obras comenzadas. La gente de mi edad, dejándose llevar por la ideología reinante, ya no proyecta y esa es mi única gracia: componer, en este mismo momento, proyectos que, si dan algún fruto, lo darán dentro de 20 años. Y yo ya tendré 82, pero como si tuviera 30, y esa es la gracia del psicoanálisis. El tiempo pasa, pero sólo para la piel. Con el sexo intacto, con el pensamiento intacto, quejarse porque la piel se arruga o está un poco seca no es cosa de hombres, es cosa de maricas. La vida no se gasta, lo que gasta el hombre viviendo son las células. A cierta edad, después de los 60, no es que el amor se haga torpe, lo que se entorpece, a veces, es la circulación sanguínea. Y, por último, quiero decir que no es el sexo lo que se olvida o cae en la vejez, es la moral imperante la que envejece el sexo. Ser viejo, como ser rico, es una propuesta de la mente. Si un hombre modera su envidia, hasta puede ser feliz de envejecer, de conocer el goce de los años y ambicionar más y, aún, envejeciendo, sentir que todo nace de una nueva manera y comienza una nueva vida, la vida de la vejez, que nunca nadie puede pensar que vivirá. Estoy empeñado en demostrarme a mí mismo que, si puedo producir un "entretenimiento" que dure 50 ó 100 años, yo podría vivir, mientras soy parte del proyecto, 50 ó 100 años más. Pasan
por mi pluma las ideas más irracionales: Vivir
entre el musgo, bajo los aposentos, Hoy
puedo asegurar, con certidumbre, Indio Gris VÍDEO
Miguel
Oscar Menassa recitando
VOLAD VERSOS MÍOS ID CONTRA TODO Es
un verso Mi
voz Cuántas
veces vi explotar tu sexo Locura
y vértigo ya no tengo más Ella,
desnuda en medio de mi pecho, La
haré trabajar de puta Para ver el video debe tener instalado en su ordenador los programas:
QUERIDA: Dejar de luchar, no dejaré de luchar, pero esta vez intentaré otro estilo. Escribiré un poema sencillo, simple como una ola gigantesca cayendo del océano al atardecer. Y tú me dirás: vuelvo a ti envejecida, vuelvo a ti enamorada, casi sin pasión, un hilo de deseo, casi nada. Tengo un cerebro posible y desgraciado. Yo, mientras tanto, encuentro entre las olas antiguas lágrimas de tu dolor futuro. Pudiste ser mi enamorada, mi loca, mi dominadora infatigable. La vieja cicatriz no existe. - Te quiero. - Yo también te quiero. Y ninguno sabía lo que decía. Sin embargo, no teníamos ninguna tranquilidad, sabíamos que la vida iba pasando para todos. Y por último, quiero decirte que entre mis 20 años y mis 50 años hay una sola diferencia. A los 20 años amaba a dos mujeres y hablaba todo el tiempo de todas las mujeres, ahora me aman más de mil mujeres y yo no digo nada, ésa es la diferencia.
Ella habla de su casa destruida y dice a la vez que éstas no son cosas para traer a análisis. Cambia y habla ahora de cómo se excita con los adolescentes y que, en definitiva, su familia la ha abandonado y su marido también, y todo porque a ella le gustan los adolescentes. Pero ella no se tiene que enfadar ni tener odio. No, ¿para qué? Sentí mucho sueño y bostecé. Su agresividad no tenía límites. Ella recordó con odio que la primera comunión la hizo sola. Fue preparada especialmente, por un ministro de Dios, en la sacristía. El ministro se hacía el tarado y le metía las manos entre sus pequeñas piernitas, que luego se paralizaron, y le hacía repetir en voz cada vez más alta: - "Honrar padre y madre", pero yo los odiaba, cuando me lavaban la cabeza siempre sentía, dolorosamente, que me querían ahogar. - Continuamos la próxima.
Ellas me amaban y me deseaban y gozaban con cualquier cosita que yo hiciera con cualquiera de ellas. Un pequeño beso, rozando apenas los labios de una de ellas, comenzaba a expandirse de boca en boca y cada una de ellas creía que el beso tenía su nombre impreso en nuestros delirios de amor y un pequeño beso estallaba de boca en boca, cruzaba los océanos, y cada una gozaba entre sus piernas un estremecimiento poco común.
1 El verdadero delirio es que sintiéndome tan joven tenga que ocuparme, precisamente, de producir jóvenes y dejarlos crecer. 2 Hazlo, lo que tienes que hacer es reventarla. Reventar algo, aunque más no sea una nube contra la soledad. Estoy convencido de que estoy haciendo el bien y eso me da una fuerza increíble. En pocos meses, ella ya nunca podrá reconocerme. Mi rostro tendrá la marca de los valientes, de los poetas. Después, todavía, habrá que labrarse un presente que permita algún futuro. En cuanto al amor, siempre se me ocurre hacerlo cuando estoy cansado. Cuando estoy despierto, lúcido, nunca se me ocurre eso. El trabajo, la poesía, me desean así, entero, lúcido. Algo he descubierto, lo que me falta ahora es creer que lo descubierto es bueno para mí. Indio Gris ESTO ES PUBLICIDAD
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