Revista semanal por Internet Indio Gris
Nº 100. AÑO 2002 JUEVES 25 DE ABRIL

poesía cartas de amor psicoanálisis erotismo política o basura cartas del director

FUSIONA - DIRIGE - ESCRIBE Y CORRESPONDE: MENASSA 2002

NO SABEMOS HABLAR PERO LO HACEMOS EN VARIOS IDIOMAS
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En las cumbres aladas

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DE UNA FUSIÓN
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Y
EL INDIO DEL JARAMA
LA FUSIÓN CON MÁS FUTURO DEL SIGLO
XXI

Indio Gris


INDIO GRIS Nº 100

AÑO II

EDITORIAL

ENTREVISTA AL POETA MIGUEL OSCAR MENASSA
Domingo, 21 de abril de 2002

   Carmen Salamanca: Vamos a publicar en LAS 2001 NOCHES, Los otros tiempos y Yo pecador, de 1970 y de 1975, pero entremedias tiene, en 1971, el Primer Manifiesto del Grupo Cero. De ese manifiesto me llamaron la atención varias cosas, me gustaría que nos explicara un poquito cómo fue esa época. En el manifiesto explica los motivos por los cuales no entraron en la APA y por los cuales se adhieren al Grupo Plataforma. Dice: “Nosotros sabemos que apuntamos a un producto acabado que ha demandado para su producción largos años de trabajo”. Eso de producto acabado sonó como que no podía dar más de sí, la APA. Aquí muestra algunas de las razones por las que se adhieren al Grupo Plataforma, cuando Pichon Rivière acepta psicoanalizarse con Ángel Garma, siendo ambos fundadores y dura cuatro meses la experiencia.

Miguel Oscar Menassa: 15 preguntas, cada vez te pareces más a un periodista español. Como no te contesté rápido, como son en tres minutos, tú me cortaste y me hiciste 15 preguntas, que es lo que hacen siempre. No ves que cuando van los chicos a la radio no pueden ni hablar, que sólo habla el periodista. Cuando voy yo, hablo yo, pero les contesto cualquier cosa.

¿El Manifiesto de 1971? En 1971 Buenos Aires era Grecia en el esplendor, Babilonia en el esplendor, estaba a punto de gestarse un proceso inolvidable. El mundo se lo olvidó y los argentinos también. El único que se acuerda soy yo. Fue un proceso inolvidable, tuvimos en el pensamiento y en las palabras la posibilidad de hacer un país diferente, ahí cuando el golpe militar. El pueblo argentino tenía como una alegría de haber echado a una dictadura, de haber podido con una dictadura, de votar al candidato que quería votar, toda la izquierda estaba en el gobierno, lo que había sido la izquierda. De la misma manera como eso entra en el pueblo, el psicoanálisis, más o menos para esa época, póngale unos años antes, ahí hace eclosión el psicoanálisis oficial de la Argentina, entran dos corrientes que lo destruyen: la corriente lacaniana y la epistemología materialista. Cuando digo que lo destruyen es desde la actualidad, prácticamente no existen, fue una de las organizaciones más importantes del mundo y producía psicoanalistas, ahora no sabemos lo que produce, ahora están discutiendo si los psicoanalistas se tienen que psicoanalizar o no se tienen que psicoanalizar, así que ya no sabemos qué es lo que produce, pero en su momento producía psicoanalistas.

A Lacan, ni los lacanianos pudieron procesarlo, tampoco pudo la sociedad psicoanalítica argentina. La epistemología materialista es interesante, si uno la aplica sobre sí mismo, es igual que el psicoanálisis, si yo pienso que la poesía es un trabajo, es un trabajo y quiere decir que yo tengo que correr el riesgo de que usted un día trabaje mejor que yo. Ahora, si la poesía viene del vientre de mi madre, usted jamás va a poder escribir como yo, ni mejor que yo. Son dos concepciones diferentes de la vida. Yo recuerdo haber dado un curso de epistemología con Raúl Sciarretta a los didactas de la APA, a los que después se separaron con el Grupo Documento, porque hubo dos grupos que se separaron de la internacional en ese momento, un grupo que se llamó Grupo Documento, que desapareció pronto y tuvo pocas publicaciones y después el Grupo Plataforma también, en ese sentido es una cagada porque no tiene obra, no tiene movimiento.

En realidad, usted me pregunta por lo que pasó con mi vida cuando me pregunta eso. Yo creo que, al final, aquello que tenía que haber hecho el Grupo Plataforma, ser la izquierda freudiana, que así era como se presentaban, fue un trabajo que realizó desde 1971 al 2001, es decir, 30 años, el Grupo Cero. Yo creo que el Grupo Cero puede ser la izquierda freudiana, en ese sentido de que en sus aulas se imparten todos aquellos pensamientos que tienen que ver con la producción de un ciudadano: Freud, Hegel, Marx, Lacan, Heidegger. Y después unos 4.000 poetas, porque en el Manifiesto del 71 usted se da cuenta de que se nombran varios poetas, como diciendo que si uno no tiene esos poetas dentro del sistema, no puede fundar grupo, no puede fundar escuela. Bueno pero en realidad, tiene que haber unos mil poetas más, era un manifiesto, uno no va a ir nombrando a todos.

Esto que voy a hacer en el cuadro que es poner negro por todos lados es muy feo y no se lo aconsejo, porque se estropea todo, queda todo estropeado. Muy interesante la conversación.

Fue un momento muy interesante. Después por ejemplo en Chile estaba Allende, a Cuba le iba bien, era un momento en que se pensaba que a lo mejor América Latina tenía otro destino, todo era interesante, había nuevas tendencias en todos los lugares. Que no pasó exactamente nada, pero pasó, se descubrió que los que decían que querían hacer la revolución, en realidad, era los hijos de la pequeña burguesía o de la burguesía, enojados con sus padres y, claro, la revolución fracasó.

CS: Sí, aquí ya avisas de eso, dice: “Aquello que superficialmente pueda ser visto como un simple acto de rebeldía de algunos hijos díscolos de la gran familia patriarcal”, ya sé que no está diciendo lo mismo, dice que no se vaya a confundir con eso “nuestros dedos índices nacidos para señalar apuntan y se regocijan con ello aunque superficialmente puede ser visto como un simple acto de rebeldía de algunos hijos díscolos”. Después, lo que dice de Bleger en el Primer Manifiesto.

MOM: Lea lo que dice.

CS:  “Dejaremos que ustedes los nombren, que ustedes los recuerden, sin embargo no podemos dejar de mencionar algo que nos muestra claramente que las guerras son terribles, que siempre alguien tiene que morir, que siempre hay cicatrices de la guerra, huellas de la guerra que son muy dolorosas porque acontecen en los seres queridos, estamos diciendo que lamentamos la muerte de José Bleger”.

MOM: Todavía no había muerto, el señor, y Menassa dice “lamentamos la muerte de nuestro querido Pepe Bleger”. Siga adelante.

CS: “Que desde el inicio luchó por todas las posibles aperturas del movimiento psicoanalítico, cometiendo muchos errores, es cierto, pero iniciando muchas líneas de pensamiento de un valor inestimable; pero tal vez por los años (los años a veces hacen estas cosas), tal vez por las malas compañías (las malas compañías a veces influyen realmente), en el momento de elegir, en lugar de elegir la vida, elige la muerte.”

MOM: ¿Sabes por qué dice eso? Dice eso porque el tipo fue invitado en el mismo momento a procesar lo que estaba pasando en Cuba (él era un psicoanalista importante que hubiese atraído junto con él a otros psicoanalistas más jóvenes) y a Israel, y él fue a Israel. Entonces Menassa ahí dice que murió, cuando él viaja a Israel. Lo que pasa es que después murió de un infarto a los dos o  tres meses.

Yo tengo muchas historias así, por ejemplo, con los lacanianos me pasó con uno que habían mandado a ver, porque iban a ir ahí, me parece que era J.A.Miller quien iba a ir, entonces mandaban a uno antes para que revisara los trabajos que le iban a presentar a J.A.Miller, los casos clínicos, y resulta que el tipo se murió de un infarto en Tucumán, en una provincia argentina, donde, la verdad, la gente se muere de hambre, nadie se muere de un infarto en Tucumán. ¡Qué se va a morir de un infarto!

CS: Original, era.

MOM: En San Miguel de Tucumán la gente muere de hambre, de rabia. Aunque yo muera de un infarto, creo que la gente que muere de infarto es gente que no ha repartido bien su corazón.

AD: Se murieron sus ideas, se murió su corazón...

MOM: Una persona grande que ame todavía más a su mamá que a su novia o a su novio, ya está, ese tiene muchas posibilidades de morir de un infarto.

CS: Porque no ha repartido bien su corazón...

MOM: No ha repartido bien su corazón, sus emociones.

CS: Usted nombra a Pichon Rivière. ¿Le conoció bien?

MOM: Tuve una fuerte e importante relación con Pichon Rivière, estuve unos días viviendo en su casa.

CS: Relación en el sentido que lo nombra como líder del movimiento Plataforma.

MOM: Bueno, eso es lo que decía el Grupo Plataforma, después hay que ver si le fue bien. Pichon Rivière fue maestro de todos los psicoanalistas que hubo y hay en la República Argentina, en el sentido de que, ¿no ves que los argentinos tienen una apetencia por lo grupal? Eso lo inventó Pichon Rivière. Y también era un gran clínico, tenía una gran intuición psicoanalítica, aunque después cuando escribía teóricamente escribía otras cosas, pero tenía una gran intuición psicoanalítica. Además, trataba a los locos como personas normales, a los psicoanalistas los trataba como locos, era verdaderamente un genio, el tipo. Yo me quedé en su casa viviendo 8 días, porque se me ocurrió preguntarle (de una manera irrespetuosa, yo era un joven, tendría 23 años), si sabía algo de estética, seguramente era algo que yo no entendía en ese momento. Él me dijo que sí y se levantó, fue a la biblioteca y empezó a traer libros de estética, llenó la mesa, 220 libros de estética, tenía una biblioteca muy grande. Buscaba las páginas y me leía párrafos, de cada libro me leía 4 ó 5 párrafos y así pasamos 8 días, sentados en la mesa. Cuando yo me quedaba dormido, a la hora el viejo ya me levantaba con un café con leche y seguíamos, ahí sentaditos, hasta que terminó todos los libros y cuando terminó me dijo “Yo no sé nada de estética, está todo en los libros”. Pero para saber eso me tuve que quedar ocho días leyendo sin moverme, sin hacer el amor, que en aquella época estar ocho días sin hacer el amor ¿sabes lo que era? Bueno, hice de esa manera el amor, que diría Amelia Díez, pero claro, eso lo puedo entender ahora, que ya estoy casi en el cementerio, pero en aquel momento era difícil.

CS: ¿En el semen-terio?

MOM: Sí, cementerio le llamamos nosotros al lugar donde están los muertos, aquí no sé cómo le llaman a eso, por ahí le llaman “baile florido”.

CS: No, yo escuché semen-terio.

MOM: Ah, de semen. Lo que pasa es que cementerio para mí es una palabra muy fuerte. Puede ser que no me atreva a unirla. ¿Entiende lo que le digo?

AD: El que lo oye es distinto que el que lo dice…

MOM: Por favor, señorita.

CS: Cuéntenos algo más de Pichon Rivière.

MOM: Tenía la Escuela de Psicología Social que todavía creo que está. Tuvo que ver con el invento del teléfono del suicida, Pichon Rivière. Tenía el teléfono y llamaban y todos los que trabajaban en el teléfono cuando llamaba un tipo de estos que se quería suicidar, uno le tenía que preguntar "¿a quién quiere matar?" y con eso se evitaban muchos suicidios, porque lo verdaderamente importante es descubrir, junto con Freud, que el suicida es un asesino tímido.

AD: El suicida anónimo le llamaban.

MOM: Sí, algo así.

Gente que sufría mucho. Yo no sé qué es verdad y qué es mentira, por ejemplo, se decía que la primera mujer de Pichon Rivière (que también era una psicoanalista), que ella convoca una cena y se suicida. Gente rara... Que un día le puso una pared a Pichon Rivière en la casa, cuando quiso entrar en la casa le había puesto una pared. Gente muy rara, gente que sufría mucho. Siempre les pasaban cosas con los libros, con las bibliotecas. Yo tuve un problema con el exilio, pero me tuve que exiliar para que me pasara lo mismo que le pasaba a mi maestro, que siempre le pasaban cosas con la biblioteca, perdía la biblioteca. Federico, un amigo nuestro, maltrató tánto a una mujer, que la mujer agarró su biblioteca con 5.000 libros y 6 novelas inéditas y se las entregó a un pordiosero que pasaba por la calle por... 40 euros. Yo me exilié para destruir mi biblioteca, para que me pasara lo mismo que a Pichon Rivière, pero claro... Ahora estoy teniendo una biblioteca muy bonita, ahora sí, ahora ya soy casi feliz porque tengo una biblioteca que no le quiero contar.

S.L. siempre quiere que yo le dé un toque más. Le gusta un cuadro mío pero le hubiese gustado que le hubiese dado una pincelada más; le gusta un trabajo teórico mío pero le hubiese gustado más corregido, le gusta una clase mía pero... Yo pienso que hay que mostrarle a la gente las cosas tal cual son ¡qué carajo! Después puedo demostrarle que puedo corregir una clase, ya se lo demostré, algunos escritos míos son clases hechos escritos, pero a mí me gusta que la gente vea. Por ejemplo, hacer esto que estoy haciendo yo, él no sé si lo haría, pero como entra dentro de mi teoría de que hay que mostrar cómo se hacen las cosas, que no hay que engañar más a la población. Quizá esto está desvalorizando mi cuadro, la gente dice: “¡Ay mira qué lindo cuadro!” y le dicen: “Pero si lo hizo en 25 minutos y encima da una conferencia, se pelea con Miguel Martínez y le responde a Amelia Díez una pregunta que le hizo el miércoles por la mañana." Nadie va a querer pagar por una cosa que se hace así ¿Quién va a querer pagar? Pero no importa, habrá gente inteligente y nosotros la encontraremos.

AD: Las cosas se hacen y no nacen.

CS: Cuando habla parece una maravilla esa manera de unir que tiene usted. Bueno, lo leo.

MOM: Lea, lea.

CS: Cuando habla de cuando se separa de Pichon Rivière, abandona la APA, forma el Grupo Plataforma, se hacen dos grupos, dice...

MOM: No, no. Pichon Rivière es anterior a Plataforma, Plataforma son los discípulos de Pichon Rivière.

CS: Bueno, comienza ahí. Dice: “Fin de una relación terapéutica, la de Ángel Garma y Pichon Rivière y comienzo de una rajadura en el seno de la APA que provoca una separación en dos grupos, tan definitivamente separados y distintos como la separación definitiva e inmortal que produce el acontecimiento de la represión originaria en el aparato psíquico, fundando dos instancias, el Inconsciente y el Preconsciente, irreconciliables y diferentes de ahí para siempre. Un grupo que piensa y que determina, su líder Enrique Pichon Rivière, sus vicisitudes la lucha contra la represión. Otro grupo que aparece y que crea la falsa ilusión de ser el único, sus líderes, los otros, sus vicisitudes no pensar, reprimir, ocultar. Grupo que no podrá pensar porque de ninguna manera el tiempo de matar puede ser el tiempo de la creación”.

MOM: ¿Qué quiere decir? Deme su idea, a mí también me interesan sus ideas.

CS: A mí me parece que la APA queda en el lugar de lo preconsciente, que es lo que aparece, que crea la ilusión de ser único.

MOM: Pero eso no es ninguna interpretación suya, eso fue lo que pasó, porque si no, 30-40 años después no puede ser que sus psicoanalistas quieran dejar de psicoanalizarse, quiere decir que el concepto de inconsciente no está en esa escuela, porque el inconsciente, como bien dice Freud, es inmortal. ¿Qué quiere decir inmortal? Que nace cuando el sujeto nace a la palabra y muere cuando el sujeto muere a la palabra.

CS: Sí, pero me parece maravillosa la lectura que hizo, me sorprende porque eran muy jóvenes ustedes para pensar esas cosas.

MOM: Éramos muy estudiosos. Nosotros no pensábamos esas cosas, esas cosas las pensaba Marx, las pensaba Freud. ¿Entiende?

CS: “Y no nos vengan a preguntar de dónde sacamos todo eso porque como ustedes saben o por lo menos deberían saber, la fantasía se constituye por après coup.”

MOM: Ese es Freud, es Lacan, no somos nosotros. Ellos dicen ¿Cómo, siendo una escuela de psicoanálisis que imparte Freud y Lacan, no saben que esta gente dice estas cosas?

AD: La hacen sin ellos.

CS: El domingo pasado, usted decía de la importancia de la lectura, me parece una lectura muy buena de la situación.

AD: Es como ser del Grupo Cero sin Menassa.

MOM: Cómo me quiere esta chica...

AD: Pero algo de razón hay.

MOM: Algo de razón tiene ¿Cómo ha de ser un movimiento, un grupo sin aquél que realmente está pensando ese movimiento, ese grupo? Porque el asunto es que a la gente que participa del grupo, del movimiento, resulta que no está pensando estas cosas, está utilizando, está tratando de ver cómo arregla sus cosas. En cambio, las cosas de Menassa son Grupo Cero, él no tiene ninguna cosa.

CS: “Nuestra decisión no la tomamos solos; nos ayudaron y nos alentaron tal vez muchas personas, pero sólo algunos nombres aparecen nítidos, Juan Carlos De Brasi, Armando Bauleo, Raúl Sciarretta, que desde la incertidumbre de la teoría o bien desde la certidumbre de la ideología, nos enseñaron que había una sola manera de pensar y que esta manera acontecía en la clandestinidad, fuera de toda institución; en la incertidumbre, fuera de toda seguridad psicológica; en el silencio, a espaldas de la represión.”

MOM: Está bien la pregunta, ahora la voy a contestar, pero usted tiene que decir, porque si no queda mal, que además de esos tres nombres que en ese momento vivían (uno de ellos ya murió, Raúl Sciarretta), nombra como maestros a un montón, no se puede perder eso. Y esos tres hombres vivos están nombrados porque es cierto, no importa lo que el maestro haga, importa lo que el discípulo cree que el maestro quiere para él. Entonces, evidentemente Armando Bauleo fue como un maestro en el asunto de la ideología, porque más allá de que luego a él le salieran bien las cosas o no, él era el que me decía cómo deberían ser hechas las cosas, después él no pudo tanto, pero ¿quién se preocupa si el otro puede o no puede? En ese sentido, Raúl Sciarretta, al cual yo escuchaba bastante en esa época. Y Juan Carlos De Brasi está nombrado porque era la única persona que yo tenía cerca de mí que más o menos, quería algo con la teoría, después no conocí a nadie, de todos mis maestros de psicoanálisis, ninguno de ellos amaba la teoría. Pichon Rivière era la revolución hecha canción, el otro era no sé qué, el otro quería comerse todo sin saber lo que se iba a comer... Pero hablaban, me mandaban a leer Freud, me mandaban a leer Marx y yo iba y leía. La única dificultad para ellos fue esa, que me imagino que ellos se lo recomendarían a todo el mundo, pero vete a encontrar a alguien que vaya a leer. La gente se queda con lo que le dice el otro. Si a veces yo digo tonterías, para ver si el otro va a leer, para ver si el tipo va a comprobar. No, pasan diez años y resulta que el tipo hizo toda una elaboración con esa tontería que yo le dije para mandarlo a leer y no conseguí que fuera a leer. La desgracia de mis maestros es que yo les salí lector. Fue un desastre, igual con ustedes, no saben el lío que me harían a mí si se ponen a leer. Porque no te puedo recomendar que vayas a leer Freud y después toda mi vida es contraria a las indicaciones freudianas acerca de la vida. ¿Se entiende o no se entiende? Más o menos.

CS: Le mandaban a leer. A ver, aquí qué dice: “Para decirlo de una manera salvaje, en nuestras cabezas sonaban clarines inimaginables. El Primer manifiesto surrealista, cuando Breton acomete ferozmente contra el movimiento Dadá y abandona de una vez para siempre la seguridad por la inseguridad, cuando propone sembrar hijos por cualquier parte, cuando elige la poesía, cuando aconseja partir por los caminos. Partan por los caminos. El Neruda de Residencia en la tierra, el Pavese de Trabajar cansa, el Faulkner de Mientras yo agonizo o de Palmeras salvajes, el Sartre que nos hablaba empecinadamente de la libertad que nunca consiguió, el Joyce del Ulises, el Miller que a los cuarenta años decide dejar la oficina para ser el escritor que se burlaría de todos y de él mismo, porque al final es lo mismo, la muerte es inevitable, el Vallejo de Los heraldos negros, el Maiacovsky de La nube en pantalones, el Esenín de su Guapo, el Arlt de Los siete locos, el Tuñón de La calle del agujero en la media, y fundamentalmente, porque si no ustedes no entenderían nada: el Marx de El Capital, el Freud de La interpretación de los sueños. Seguros, estamos seguros que otros clarines resuenan hoy en nuestras cabezas y una infinita alegría en el corazón”.

Esos son los libros que le mandaron leer.

MOM: Claro, esos libros me los mandaron a leer ellos, que después ellos no los hayan leído qué me importa, yo los leía con ahínco porque me parecían... Es verdad que a Freud y a Marx los empecé a leer antes de conocer a esta gente, pero precisamente por eso pude conocerlos.

Uno, que ahora es uno de los jefes de la escuela lacaniana, me dio clase de lingüística cuando yo era muy jovencito y me hablaba del valor lingüístico, y me lo explicaba y cuando termina le digo: “Es el mismo modo de determinar que el concepto de valor en Marx” y el tipo me dice “De ninguna manera”. Yo no le contesté nada pero ahí se tuvo que ir a la escuela lacaniana.

AD: Se resistía a que hubiera otros también ahí.

MOM: Exactamente, aunque precisamente el otro que tendrían que haber hecho aparecer era el otro que ellos querían vender. Eso se ve en el fracaso económico de las internacionales del psicoanálisis, se ve que los tipos manejaron mal eso, quisieron vender algo que resulta que no les venía bien a ellos. Porque si no ¿por qué un psicoanalista se va a plantear dejar su psicoanálisis? Porque no le gusta, porque cree que el inconsciente se termina, por todas las tonterías que todos los pacientes de quinta categoría no se psicoanalizan. Eso es grave. Ellos siguen trabajando de psicoanalistas, siguen cobrando por interpretar el inconsciente, pero ellos no tienen inconsciente. ¡Cáspita! Qué fuerte, es muy fuerte.

¿Ve porqué no me nombran presidente del mundo? Porque a todos esos les mandaba a plantar patatas y son intelectuales, gente que fue a la universidad, yo les mandaría a plantar patatas y además abriría una investigación entre los plantadores de patatas para ver si alguno me sirve para la universidad.

CS: Claro, hablaba de la APA como un producto acabado, en ese sentido de inmovilidad.

MOM: Inmovilidad en el sentido de que los tipos, cuando se plantearon una modificación, cuando se plantearon empezar a leer a Freud según la epistemología materialista, tenían que alterar la lista de Fenichel. Fenichel, el último libro que leía era La interpretación de los sueños. Al darse cuenta que La interpretación de los sueños es el lugar donde comienza la teoría psicoanalítica, que por lo tanto si quiero estudiar la teoría psicoanalítica tengo que empezar a estudiar por La interpretación de los sueños. Y después, estudiar a Lacan como hicieron ellos creyendo que era una cosa nueva, sin darse cuenta que Lacan era freudiano, otro error, dividieron el asunto en dos, los lacanianos y los no lacanianos, cuando, en realidad, no hay lacanianos, hay freudianos, entre ellos Lacan. Fíjese los lacanianos, que quieren hacer Lacan sin Freud, o con poco Freud, o con mucho J. A. Miller y poco Lacan, no les están saliendo bien las cosas.

Se necesitaron 50-60 años para ver que eso era un error. Pero Freud era muy inteligente, Freud se dio cuenta de eso porque antes de escribir Más allá del principio del placer, él se había dado cuenta que por un mal manejo de la teoría en ese momento la gente estaba meando fuera del tarro, digamos. Por eso tuvo que ir más allá de la teoría que la gente creía que era el inconsciente, más allá de la teoría del placer y el displacer, pero era porque estaban desviando.

AD: Los que pensaron esas cosas antes de Más allá del principio del placer está bien, pero que lo piensen después. Lo escandaloso es pensarlo ahora.

MOM: No en ese momento, en ese momento se estaba pensando para que nos resultara más fácil a nosotros. Ahora nosotros lo agarramos y lo hacemos más difícil.

AD: No es lo mismo ser prehistórico antes de los griegos que después de los griegos.

CS: ¿Le puedo hacer una pregunta de pintura?

MOM: Sí, por favor.

CS: ¿Cómo ha hecho para hacer un fondo negro y que después le ponga colores claros encima y no los manche? El amarillo no se ha mezclado con el negro de abajo ¿Está seco el negro de abajo?

MOM: No, para nada. No lo hice con pincel, lo hice con espátula. Pero sin embargo aquí lo estoy haciendo con pincel y el amarillo tampoco se mancha con el negro. Lo hice con espátula no apoyándola mucho ¿Entiende?

CS: Sí. Antes cuando decía que los argentinos tienen un gusto por lo grupal, me acordé de un anuncio que vi ayer por televisión en el canal de Discovery. De la Asociación Publicitaria Argentina, o algo así, los publicistas. Empieza con dos personas en el suelo que miran a la cámara y el fondo son los versos de Almafuerte de Sonetos medicinales “Si te postran diez veces, te levantas...” todo ese soneto de fondo y la gente decía alguna frase. ¿Sabes de qué era el anuncio? De la lucha contra la esclerosis múltiple que produce un montón de síntomas: pérdida del equilibrio, problemas de vocalización, caídas... Me pareció increíble.

MOM: Pichon Rivière, los primeros estudios que hizo, por lo menos es lo que él decía (no interesa si los hizo o no, lo importante, es pensarlo como lo decía él), decía que toda la cuestión grupal él la había estudiado en los equipos de fútbol, que le gustaba mucho el fútbol. Estaban por hacer una película de Roberto Arlt, que me vinieron a preguntar si yo sabía algo, porque como yo veía bastante a Pichon Rivière... Y les conté un poquito pero me parece que no me creyeron, no les gustaron las ideas que tenía.

Yo creo que Los siete locos son siete amigos de Roberto Arlt. “El rufián melancólico” era la imagen de Pichon Rivière, Arlt lo toma de Pichon Rivière, y lo toma bien porque Pichon Rivière cuando hablaba en broma, decía que el psicoanalista era el rufián de la angustia, era el chulo de la angustia, que vive de la angustia, de la angustia de los otros. ¿Se entiende?

CS: Sí.

MOM: El primer original de Los siete locos los amigos se lo hicieron romper. La anécdota con el fútbol es que a Artl no le gustaba el fútbol y un día fue con Pichon Rivière y se enamoró del fútbol. Éste le explicaba los componentes grupales, "¿viste la pertenencia?" y el otro quedó maravillado. Artl era un novelista genial y alguien que pudiera hablar tanto de esa tontería del fútbol, le dejó maravillado.

Si alguien estuviera detrás de mí me diría que ya he acabado el cuadro.

CS: Así que Los siete locos: el rufián melancólico era Pichon Rivière y aquí nombra usted a 6 integrantes del Grupo Cero primitivo...

MOM: Sí, el orgullo de todo grupo en Buenos Aires era ser “los siete locos”, era un orgullo. Era muy difícil.

AD: Freud también formó un comité de siete.

MOM: Sí, el siete debe ser una cifra cabalística. Ya está el cuadro.

CS: Y la entrevista también.

MOM: ¡Qué lástima la entrevista! ¿Y no hay ninguna actualidad?

CS: ¿Y qué cree que todo esto no está de actualidad?

MOM:  Ah, sí.

No me lamento en ser
propio de este siglo.
Fragmentos de fragmentos,
unidad indispensable para vivir,
rota.

Esa rajadura
a mis posibilidades de ser vivo
la lleno con basuras, con drogas,
con estridentes gritos al vacío.
Yo, también, me paso por los huevos,
la política
y las malas artes de las señoras gordas
para comer.
Me paso por los huevos, así, literalmente,
vuestra mugre
y el angelical blanco vestido
de las vírgenes.

Como veis, mis pequeños huérfanos de amor,
yo, también, soy un ave de paso.

QUERIDA:

El tango y yo, querida, somos una cosa grande.
Y así voy por la vida, sintiendo que lo que, todavía, no te dijo el tango, te lo iré diciendo yo mismo.
Y yo soy como el tango, con ochos, con quebradas, con caídas, con pasos para atrás.
Nada es directo en mí, todo está dominado por la cadencia.
Entrecortado, lento, bordando en cada paso el universo.

Por eso pienso tu silencio como un paso para atrás, como una caída, nunca como que has dejado de bailar conmigo. Por eso, todavía te escribo como si te estuviera hablando al oído, como si tu pecho latiera contra mi pecho, constantemente.

Al oído, ¿entiendes? como cuando tus piernas están entrelazadas a mis piernas.

Espero carta tuya como se esperan las revoluciones. Es decir, espero carta tuya activamente, pinto y escribo todo el día, para convencerte que ya no me queda tiempo para hacer el amor.

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- Mire doctor, creo haberlo entendido todo: Ni dejar de fumar, ni dejar de jugar, ni dejar de follar. Dejar, tendré que dejar las relaciones que me aprisionan.

Tengo la necesidad de sentirme libre, bien, tengo que escribir cosas muy importantes.

Yo me miro en los espejos delirantes del mundo actual. Las más grandes deformidades pasan por delante de mi vista. Los pecados más secretos. Las tonterías más grandes. El odio más contenido.

Los sucesos más ridículos del siglo los he vivido yo en mi propia familia, brillaron las serpientes de la locura y la mendicidad. He visto a mis familiares más íntimos caminar por las calles, más sórdidas, buscando un pedazo de pan.

Todo el horror me fue mostrado.

Todo el aliento de la muerte y de la locura fue arrojado sobre mí.

Hace siglos que no duermo bien y desde hace cien años, los torturadores ya no me dejan ni soñar.

- Continuamos la próxima.

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Lo que traiciona más allá del amor es siempre traición.

Cualquier amante puede perdonar que su pareja se acueste con cualquiera, pero si habla con cualquiera de todo lo que se entera a nuestro lado, eso es traición. Mejor es no perdonar, ya no hay amor.

¿Usted qué opina?

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ALGO DE POLÍTICA O RECOLECCIÓN DE BASURA

1

Después de las primeras tres veces, sin una pizca de ingenio, de talento, ninguna relación, ni aún con la poesía, permanece viva, caliente.

2

Envidia tiene todo el mundo, no debe ser tenida en cuenta en ningún caso.

3

Salir a la calle es caro, dicen los pobres, y eso va siendo su vida.

Quise amar, quise hacer el amor y, en verdad, casi lo consigo.

Yo creía que el amor era aquello que se hacía en mi patria. ¡Cuántas veces fui ciego! estúpido, antiguo, moralista, hijo de puta, perro, ¡Cuántas veces me torturé a mí mismo! Quería ser el mejor en todo. Terminé queriendo fracasar mejor que nadie y casi lo consigo, de no ser porque la angustia me señalaba errores, hubiese sido ciego hasta la muerte.

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